México, DF.- Una actividad empresarial que está tomando fuerza y podría convertirse en uno de los negocios más redituables a nivel mundial son las impresiones en 3D. Existen varias empresas que proveen los equipos y el software indicado para ello.
Los usos para esta tecnología van desde el desarrollo de esculturas, joyería, maquetas anteojos, prótesis dentales entre muchos otros objetos y productos. Sin embargo no se puede soslayar el uso malicioso que algunas personas pueden dar a estos avances. Y generar polémica o morbo.
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Los ingenieros decidieron que el material básico que usaran las impresoras fuera plástico ABS (Acrilonitrilo Butadeino Estireno), el cual es muy versátil, resistente y moldeable.
Los precios de dichos dispositivos pueden ir de 3 mil a 300 mil dólares dependiendo de la calidad y uso que se darán a las creaciones.
Se ha difundido un video donde una persona “imprimió” un rifle calibre .22 al que llamaron “Grizzly”, tal artefacto fue hecho en Canadá. ¿Es un caso aislado? ¿Generará mala publicidad a las impresoras 3D? ¿Es un caso de “marketing incidental”, como la censura de algunas películas o libros incitaron a que tuvieran muchas ganancias?
Cierto es que el producto es innovador y con muchos adeptos en industrias importantes para el desarrollo de la economía local y global. El dilema ético es la percepción que tenga en el público, sobre todo en sociedades donde los índices de violencia y ataques con armas de fuego son altos.
Usted, amable lector tiene la última y más certera opinión.