El crecimiento de la deuda externa es un problema que desde hace más de 100 años agobia a los países emergentes. Piden prestados dólares a intereses elevados y luego, salvo honrosas excepciones, cuando hay que devolverlos, la deuda se transforma en un búmeran, en una carga tan pesada que no permite crecer.
Un informe de la Universidad Metropolitana para la Educación y el Trabajo de Argentina (UMET), basado en datos de Bloomberg, indica que 10 países de Latinoamérica están en el top 21 de países emergentes que más deuda tomaron en moneda extranjera entre 2016 y los primeros meses de 2017.
La lista está encabezada por Argentina, que incrementó el pasivo externo en US$ 45.951 millones. El país del tango y Messi es por lejos el líder, ya que supera en un 263% al segundo mayor emisor, Arabia Saudita (US$ 17.500 millones).
La deuda que tomó Argentina en el extranjero es incluso un 40% superior a la suma de lo que pidieron, en el mismo lapso, los otros nueve países de América Latina que más se endeudaron. En efecto, entre México, Brasil, Ecuador, Paraguay, Colombia, Chile, Bolivia, Perú y Panamá sumaron deuda por US$ 32.600 millones, según el mismo informe.
El podio de los tres primeros lo completa México, que pidió en el extranjero US$ 12.560 millones, y luego Egipto, con US$ 11.000 millones. Debajo de los U$S 10.000 millones se ubicaron Turquía y Polonia (con U$S 8.000 millones), Indonesia (con U$S 6.700 millones) y Ecuador (con U$S 5.700 millones).
Los países que menos aumentaron su pasivo en este último año y medio fueron Bolivia, Perú y Corea del Sur, que sólo pidieron U$S 1.000 millones en dólares. Cerca estuvo Paraguay, con U$S 1.100 millones nuevos en bonos.
Para arriba
Volviendo a Argentina, hay que tener en cuenta que a los US$ 45.951 millones se le suman otros 17.274 millones de dólares también emitidos por el Estado Nacional, pero en moneda local; US$ 10.381 millones de las provincias, que tienen como garante al Estado Nacional; y US$ 8.366 millones de empresas privadas. Si se suman, se superan los US$ 81.900 millones.
“El rumbo en materia de deuda externa es, de persistir el esquema actual, escasamente sustentable en el tiempo”, dijo el rector de la UMET, Nicolás Trotta, respecto de la fuerte emisión en Argentina. “El financiamiento con deuda externa es el sostén del indomable déficit fiscal y la única fuente de dólares significativa que han podido elaborar para nuestra economía”.