Desde el primer día de octubre, serán las petroleras las que decidan el valor de la gasolina en Argentina. Así lo decidió el Gobierno, a través del Ministerio de Energía. La liberación de los precios estaba prevista para comienzos de 2018, pero se adelantó de forma imprevista.
El sistema de precios controlados de las naftas y las variedades de gasoil regía en el país desde hace 16 años, a la salida de la llamada “convertibilidad” (un peso equivalía a un dólar) impuesta en la década de 1990 por el entonces presidente Carlos Menem.
Desde 2002, tras la feroz devaluación de ese año, los valores de los combustibles estaban “descalzados” de los precios internacionales para evitar que se disparara la inflación y se acordaban entre la industria y las provincias, con supervisión del Gobierno nacional. Desde que Mauricio Macri llegó al poder, el sector pacta el precio con revisiones trimestrales en base a la variación del peso frente al dólar y el valor del barril “argentino”, que es el petróleo de producción nacional.
“Las refinadoras –las que venden gasolina, como YPF, Shell, Axion, Oil, Refinor. Petrobras– establecían los precios en función de lo que pagaban por el petróleo crudo que les compraban a las productoras locales (YPF, Pan American Energy, Pluspetrol, Petrobas, entre otras). Pero ahora quedarán liberadas de ese compromiso: podrán importar o comprar en el país, según les resulte más conveniente”, explica Clarín.
“Como los precios internacionales son más altos que los locales, se teme que en el arranque de este nuevo sistema haya una suba”, analiza el mismo medio. Para Surtidores.com, portal con información del sector gasolinero, “la medida permitirá a las compañías importar o comprar crudo en el país. Ese marco podría replicarse en las pizarras de las estaciones de servicio de manera que cuando desciende el valor del petróleo a nivel internacional, también bajaría localmente y a la inversa, si subiera”.
Este cambio tiene un antecedente en lo que ocurre en México desde enero pasado con la aplicación de la reforma energética que permitió la creación de marcas para las tiendas de combustible que no incluyeran la leyenda Pemex Franquicia. El llamado Gasolinazo en México implica el aumento mensual y casi siempre programado del precio de la gasolina desde 2017, paso previo a la liberalización. Ya comenzó en algunos estados y se prevé llevarlo a todo el país.
En el caso de México, el objetivo es terminar con 79 años de monopolio de Pemex en hidrocarburos refinados.