La crisis del peso es una pesadilla para los argentinos, que cobran en dólares y ven cómo los precios aumentan por efectos de la suba del tipo de cambio. Sin embargo, es una gran noticia para los viajeros que llegan de otros países, cuyos dólares rinden más de lo que esperaban.
Desde enero hasta el 14 de septiembre, el aumento del dólar fue del 116 por ciento. El valor de la moneda estadounidense pasó de 18,75 pesos, hasta 40,50. Esto generó un incremento de precios que, hasta agosto, acumula un 24 por ciento. Esta inflación no tiene en cuenta la última depreciación del peso, que se produjo entre finales de agosto y principios de septiembre.
Según los cálculos de las consultoras privadas encuestadas por el Banco Central del país, la inflación no será menor al 42 por ciento a lo largo de 2018.
En paralelo, los salarios de los argentinos crecieron muy por debajo de ese porcentaje: en el mejor de los casos, un 15 ó 20 por ciento.
En el medio de todo esto, el Gobierno de Mauricio Macri pidió un crédito de 50.000 millones de dólares al FMI y la tasa de interés de referencia fue elevada hasta el 60 por ciento (la más alta del mundo). En ese escenario, cayó el consumo y la industria está en uno de los peores momentos de su historia.
Sin embargo, hay ganadores: los turistas.
“En Buenos Aires, la depreciación de la moneda hizo perder el poder adquisitivo de los argentinos, pero los turistas se frotan las manos, con vacaciones mucho más baratas de lo previsto”, publicó AFP.
Pedro Pereira de Azevedo, un abogado brasileño le dijo a la agencia de noticias que su primera visita a Buenos Aires fue “más ventajosa que lo esperado”. “Fuimos a comer afuera más veces. Habíamos previsto un presupuesto de 7.000 reales (1.670 dólares), al final gastamos entre 3.000 y 3.500”, agregó.
Las ventajas de los turistas que llegan se contrapone con los argentinos que quieren viajar al extranjero y ven que la salida del país les costará el doble.
Un dato que muestra esta realidad es la quiebra de TN, uno de los mayores operadores turísticos mayoristas del país, que por la devaluación terminó cerrando sus puertas este viernes, dejando a cientos de pasajeros varados en todos el mundo.
El dueño escribió una carta en la que explicó las razones de la quiebra y le pidió perdón a clientes, agencias y empleados.
Reclasificación en duda
Henry Fernández, el referente del MSCI (ponderador estadounidense de fondos de inversión) dijo este viernes que la crisis económica argentina podría hacer dar marcha atrás sobre la decisión de reclasificar a país como “mercado emergente”.
Argentina había sido degradada a un estado de “mercado fronterizo” en 2009, después de que la ex presidenta Cristina Fernández impusiera controles de capital, algo que odian los inversores internacionales.
“Estamos monitoreando el país a diario y analizando lo que allí pasa para detectar señales y ver si las condiciones de accesibilidad para los inversionistas internacionales siguen existiendo”, dijo Fernández y advirtió: “Podemos revertir nuestra decisión antes de que se implemente, en mayo de 2019”, agregó respecto a la fecha en que Argentina debería ser reconsiderada como país “emergente”.
