Buenos Aires, Argentina.- Este 17 de diciembre será recordado en Argentina como el día que se sufrió una nueva devaluación brusca. Es la cuarta en 26 años. Alegría entre los exportadores. Temen por fuertes aumentos de precio.
Las medidas económicas del nuevo gobierno de Mauricio Macri en la Argentina fueron anunciadas el miércoles 16 de diciembre, pero hasta que no abrieran los bancos y las casas de cambio al día siguiente, no se iba a saber un dato clave: el valor del dólar.
Finalmente esto ocurrió y el dólar norteamericano cotiza este jueves en las casas de cambio a 14,50 pesos argentinos. Aunque se espera que baje algunos centavos, esto representa una devaluación del 48 por ciento respecto de los 9,76 que cotizaba hasta el día anterior.
En este punto hay que hacer una aclaración clave: en Argentina había, hasta esta semana, varios tipos de dólar. Así, mientras el oficial cotizaba por debajo de los 10 pesos, el llamado paralelo (o blue), muy utilizado en numerosas transacciones, estaba por encima de los 14,80. (Ver en Merca2.0: “Todos los tipos de dólar que hay en la Argentina”)
En los hechos, la devaluación se convierte en la cuarta brusca caída del peso en 26 años. En febrero de 1989 fue del 61,1% (cuando el PBI se contrajo el 4,4%, los salarios cayeron un 14% y la pobreza escaló para situarse en el 40,5% de la población); en la brutal crisis de enero de 2002 (“efecto Tango”) la paridad trepó de 1 a 3 pesos por dólar (200%); y en enero de 2014, el dólar aumentó 23% en dos días.
¿Qué hay que esperar?
Para el sector exportador, la suba del dólar es una buena noticia, especialmente para el agropecuario (soja, trigo, maíz), que también se ha visto beneficiado con el nuevo gobierno por una baja y/o quita total de las retenciones que realizaba el gobierno anterior de Cristina Fernández de Kirchner.
La industria también se verá favorecida, fundamentalmente porque al bajar los salarios fuertemente en dólares, mejora la competitividad de las empresas respecto de otros países de la región con los que Argentina tiene relaciones comerciales, como México y en especial Brasil. Ejemplo: fabricar un auto en Argentina se ha vuelto mucho más barato ahora.
El fin del llamado “cepo cambiario” significa también que cualquiera va a poder comprar y vender dólares sin ningún tope, algo que estaba limitado a un porcentaje del salario mensual hasta el gobierno anterior.
El problema será el precio de los productos y servicios internos. Las mejores condiciones para exportar, en general, conllevan aumentos de precios hacia adentro, ya que las compañías priorizan vender afuera, donde pueden obtener mejores valores por sus artículos.
En este sentido, ya desde noviembre, cuando se adelantaron algunas de las medidas (devaluación especialmente), los precios de los alimentos comenzaron a subir. Supermercados y pequeños almacenes denunciaron “subas preventivas” por parte de las grandes empresas proveedoras del orden del 20 por ciento.
Según analistas consultados por Reuters, “la devaluación acelerará aún más la inflación, que hoy ya supera el 20 por ciento anual, lo que golpeará al consumo y hará que la economía argentina termine el año próximo estancada o en una leve recesión para repuntar recién en el 2017”.
Para poder sostener el aluvión de gente (y especialmente empresas) que saldrán a comprar dólares tras al fin del “cepo”, el ministro de Hacienda Alfonso Prat Gay dijo que en las próximas cuatro semanas van a entrar a las reservas del Banco Central argentino entre 15 y 25 mil millones de dólares provenientes de créditos de bancos internacionales (HSBC, JP Morgan, Goldman Sachs, Deutsche Bank y Citibank), la liquidación de dólares las cerealeras y la permuta de yuanes a dólares con un acuerdo con el Banco Central chino. Más información del anuncio.
¿Beneficia a las empresas de Latinoamérica?
Argentina se vuelve más interesante para invertir, porque los salarios en dólares se han depreciado de un día para el otro la mitad. Por otra parte, al no existir restricciones a la compra de divisas, podrán convertir sus ganancias en moneda extranjera y enviar a sus casas matrices.
Los extranjeros residentes en Argentina también podrán enviar divisas mucho más sencillamente que antes. El problema es que el valor del dólar ha pasado a ser alto para la mayoría de estos trabajadores en relación de dependencia.