Internacional.- Está a punto de comenzar a regir en Escocia una ley que se imitaría en todo el mundo y que apunta a frenar el consumo excesivo de alcohol mediante un fuerte aumento del precio de las bebidas alcohólicas más baratas. La industria está desesperada.
“Si perdemos, yo esperaría ver sistemas similares no sólo en Escocia sino, con el tiempo y paulatinamente, en muchos lugares de todo el mundo”. Las palabras pertenecen a David Frost, director ejecutivo de la Scotch Whisky Association, un poderoso grupo de la industria de bebidas con alcohol que agrupa a grandes jugadores mundiales, como Diageo y Pernod Ricard.
Front lo dijo al The Wall Street Journal, en referencia a una ley que el gobierno de la semiautónoma Escocia sancionó en 2012 y que ahora está a la espera de una decisión de la Justicia para ser implementada.
La ley fija un precio mínimo de unos 72 centavos de dólar para todas las bebidas alcohólicas por unidad equivalente a 10 mililitros de alcohol puro. Le llaman “precio por unidad mínima” (MUP, por su sigla en inglés), y tiene el objetivo de frenar el consumo excesivo de alcohol a partir del aumento considerable del precio de las bebidas alcohólicas más baratas del mercado.
La ley tuvo una decisión en su contra del Tribunal de Justicia europeo, que indicó en 2015 que si bien “el objetivo de interés general como la protección de la salud” es lógico, la fijación de un precio mínimo constituye “un freno a la libre circulación de mercaderías” en tanto que constituye un obstáculo para el acceso al mercado británico de bebidas alcohólicas procedentes de otros Estados miembros de la UE.
Sin embargo, los países miembros de la UE son autónomos en cuanto a la aplicación de este tipo de leyes y este martes 7 de junio hay una audiencia en Corte de Sesión de Escocia. Para agosto próximo se espera una decisión que tiene en vilo a toda la industria.
¿La imitarán?
Los responsables de comunicación de la industria de bebidas alcohólicas teme que su aplicación se expanda por el mundo. “Gales inició el año pasado una consulta sobre el establecimiento de un precio mínimo para el alcohol e Irlanda tramita una ley de unidad de fijación de precios mínimos similar. Estonia considera implementar un plan parecido, y Corea del Sur y Tailandia podrían justificar políticas más duras si Escocia impone el precio mínimo por unidad”, dice el WSJ en el artículo de Saabira Chaudhuri.