El coronavirus se ha convertido en un tema de preocupación a nivel mundial. Esta enfermedad que comenzó en China se ha expandido a una velocidad no esperada, situación que para la economía y empresa como Apple prende todas las alertas.
Si bien la prioridad deben ser las implicaciones en términos de salud que este virus supone, también es cierto que no se pueden dejar de lado los efectos económicos que la epidemia podría generar a nivel mundial, en donde más de una compañía podría leer riesgos para su negocio.
Epidemia económica
Y es que este tipo de situaciones epidemiológicas representan casi por definición, un duro golpe a las economías locales así como a la mundial.
Sólo para darnos una idea, de acuerdo con cifras publicadas por el Banco Mundial, cada año el mundo pierde alrededor de 570 mil millones de dólares en tratar pandemias entre moderadas y severas. Enfermedades como el SARS (que está íntimamente relacionada al coronavirus) costaron, según el Foro Económico Mundial (WEF), 50 mil millones de dólares a todo el mundo, con 8 mil infecciones y 800 muertes.
De manera puntual, el gobierno chino estimó que el impacto del coronavirus podría ser más significativo para su economía que el que supuso el Síndrome Respiratorio Agudo Severo (SARS, por sus siglas en inglés), mismo que sufrió entre noviembre de 2002 y julio de 2003, cobró la vida de 800 personas y un costo para la economía global cercano a los 33 mil millones de dólares, lo que en aquel momento representaba el 0.1 por ciento del Producto Interno Bruto (PIB) mundial.
Aunque con estimaciones preliminares, por que aún no se puede determinar el verdadero alcance de la epidemia ni el tiempo de contención de la misma, desde IE Business School, proyectan que el coronavirus podrían impactar entre el 0.7 y 1 por ciento del PIB mundial.
Apple, la gran perdedora
En este contexto muchas empresas saldrán perdiendo; sin embargo, lo cierto es que Apple podría ser una de las grandes afectadas.
Las operaciones de la empresa dependen en gran medida de la fabricación en China, al tiempo que sus ingresos han demostrado estar fuertemente relacionados con los consumidores chinos.
En principio basta con reconocer la dependencia que la marca tiene de sus socios orientales para la fabricación del iPhone.
De manera periódica, Apple publica una lista en la que se enumera a los más de 200 proveedores con lo que trabaja en más de 43 países. Dentro de este documento, destaca la presencia de prendedores chinos, mismos que ahora con el brote del virus, han visto paralizadas sus operaciones en menor o mayor medida.
Entre provedores y consumidores
Hasta mayo pasado, el listado mencionado indicaba que Sunwoda Electronic, con sede en Shenzhen, proporciona las baterías del iPhone, mientas que BYD Electronic, una spin off del fabricante de coches chino BYD, entrega piezas para la fabricación de dicho móvil.
A estas se suman otras empresas como AAC Technologies (fabricante de receptores, módulos de altavoz miniaturizados, micrófonos), Cathay Tat Ming Precision Metal Products (producción de metales), Chengdu Homin Technology (piezas de contacto de la batería, elemento de protección) o China Circuit Technology (circuitería), mientras que el ensamble del iPhone corre a cargo de Foxconn.
A esto se suma la importancia que el mercado chino tiene para las ventas de Apple. Datos entregados por la proa compañía indican que las transacciones a favor de la marca en China representan el 15 por ciento de los ingresos totales de la firma.
En esta línea, aunque se estimaba que los ingresos chinos para Apple habrían caído de de 21.30 por ciento al 17.61 por ciento entre marzo de 2018 y 2019, lo cierto es que la actividad de la firma en aquel país suponía hasta el año pasado 10 mil 218 millones de dólares para su negocio.
Apple deberá de pensar en un plan B para enfrentar esta contingencia, cuyo futuro poco se puede perfilar. La marca tendrá que buscar una vía alterna ante la posible evolución de la epidemia, misma que podría ser factor para desacelerar los buenos resultados que la firma reportero en su último informe financiero.