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De acuerdo con Statista, los iPhone ocupan alrededor del 10 por ciento del mercado global de los smartphones
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Los usuarios que no cambien sus baterías con Apple no podrán saber si la pieza está nueva o a punto de fallar
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Fuera de deshabilitar este monitoreo de estado de la batería, el dispositivo seguiría funcionando correctamente
Los productos de Apple, a pesar de ser todavía de los más vendidos a escala global, tienden a requerir bastante mantenimiento. En 2018, reconoció que los teclados de sus MacBook tenían fallas y empezó a ofrecer reparaciones gratuitas. Algo parecido sucedió en 2015, con pantallas retina dañadas. Pero entre sus puntos débiles se encuentran las baterías, pues solo en abril de 2018, dos de sus productos presentaron errores simultáneamente en su fuente de poder.
Pero, al menos en iPhone, Apple ya no quiere que nadie nadie reemplace las fuentes de poder si no es con sus técnicos o distribuidores autorizados. Un reporte de iFixit apunta que la tecnológica está desplegando mensajes de alerta en los teléfonos cuya batería no haya sido reemplazada por estos agentes. Esto también ocurre si es una batería original. Los usuarios que no cumplan con estas condiciones, no podrán acceder a la función Battery Health.
Exclusividad de Apple, ¿un problema de competitividad?
No es la primera vez que las marcas quieren desincentivar la reparación externa. Amazon y Apple acordaron en mayo prohibir la venta de cualquier aparato reparado por otros negocios. A inicios de julio, un movimiento en Estados Unidos (EEUU) comenzó a exigir que los usuarios pudieran reparar sus propios dispositivos sin repercusiones. Dentro del mismo gobierno se han empezado a dar pasos para mejorar la competitividad en el mercado de las reparaciones.
Tiene sentido que Apple y otros agentes deseen monopolizar el control de las reparaciones. De acuerdo con Experimax, se esperaba que los ingresos de la industria crecieran en cinco por ciento anual desde 2016 y por varios años más. En 2018, MarketWatch estimaba que solo en EEUU se gastaran tres mil millones de dólares (mdd) en este mantenimiento. Pero, de acuerdo con IBIS World, este cuantioso mercado está dividido entre más de ocho mil 500 negocios.
Asegurar que nadie excepto Apple misma y sus distribuidores autorizados puedan hacer reparaciones es una decisión de negocio obvia. Permite que todos los ingresos obtenidos por los iPhone, incluso después de la compra, caigan de vuelta al productor. Además es un golpe a la competitividad del mercado. Impedir que otros negocios participen en la industria, por diseño, no solo es deshonesto. También afecta la capacidad de decisión de los usuarios.