Me encanta cuando pedimos disculpas, cuando somos capaces de reconocer un error o una ofensa y tenemos la grandeza de decirlo, sin creer que eso nos hace más pequeños. Sí, eso me reivindica con la humanidad en muchos niveles.
Así es que hoy pido un aplauso para Facebook, que tuvo la capacidad de decir públicamente que lo hizo mal, pero sobre todo, tuvo la capacidad de escuchar al otro, con todo lo que implica escuchar a profundidad. Pues resulta que Papá Facebook se disculpó públicamente con la comunidad LGBTI porque causó problemas a este grupo con su política de identidad que obliga a que los usuarios se identifiquen con sus nombres reales.
El cuento es que hace unas semanas, un grupo de Drag Queens de San Francisco, California, dijo a los medios de comunicación que Facebook les había bloqueado sus perfiles porque no utilizaban sus nombres reales. Así es que la cosa se agrandó y los representantes de la comunidad en Estados Unidos, de la mano de políticos influyentes, buscaron una reunión con los directivos de Facebook.
Tras esa junta, el 17 de septiembre pasado, uno de los responsables de Facebook publicó en la red social lo siguiente: Quiero disculparme ante la comunidad de Drag Queens y Drag Kings, personas transgénero y otros miembros de la comunidad LGBT por el aprieto en el que los hemos puesto al tener que lidiar con sus cuentas de Facebook durante las últimas semanas”, y agregaba que comprendían lo doloroso que había sido eso para ellos, que les debían un mejor servicio y una mejor experiencia en la red, se comprometían a revisar su política de identidad.
Es que las cosas no son tan sencillas, muchas de estas personas llevan años (varios, muchos, media vida) llamándose de una forma distinta a la que aparece en su licencia de conducción o documento de identidad. Es claro que Facebook lo que busca es proteger que uno si sea uno, y evitar engaños refugiados en un anonimato, pero cada caso es cada caso.
Interesante.
Y otro caso de ese corte tiene que ver con esta foto:
Por cuenta de esta foto fue suspendida la cuenta de Facebbok de Jesse Jackman, quien besa a su esposo Dirk Caber. Esta foto, un simple beso, bueno, un tierno beso, desató en las redes sociales tal cantidad de insultos y hasta amenazas de muerte contra Jackman, que Facebook procedió a suspender la cuenta del actor (sí, actor porno, pero es un dato a mi parecer irrelevante y que puede viciar la idea que planteo).
Papá Facebook argumentó su decisión diciendo que la foto “violaba las normas de la comunidad”, su filosofía prohíbe imágenes gráficas, desnudez y contenido pornográfico… En fin, ¿qué les digo? Qué tontería: el peso no era el peso de la foto ni del beso ni de la desnudez ni de dos hombres juntos… era el peso del odio y de una homofobia que no deja que todos vivamos en paz, seamos como seamos.
Confieso que me impactó el grado de odio de algunos de los comentarios que se generaron. Alguien puso: “¿Qué tipo de mensaje intentan enviar con esa foto? ¿Qué está bien ser gay? Lo siento, pero no está bien y nunca lo estará, así que suicídense y dejen de respirar aire heterosexual porque no lo merecen”.
Aire heterosexual… arrogante idea.
En fin, sólo un anécdota más para contarles que resulta común que Papá Facebook se vea envuelto en esos dilemas “morales” y de “tolerancia a la diversidad”, tenga que tomar decisiones y luego hasta, en algunos casos, pida disculpas.
¿Quién diablos es Papá Facebook? Tengo miedo de la mano que maneja la Matrix…