La cifra obtenida en este estudio realizado por Channel 4 en Reino Unido es realmente preocupante. Apenas 4 de cada 100 adultos es capaz de identificar de forma correcta aquellas informaciones veraces de historias falsas. El estudio realizado para el medio por Yougov, entrevistó a casi 1.700 británicos…
A los participantes se les mostró una serie de seis noticias, de las cuales tres eran verdaderas y tres falsas, y solo un 4 por ciento fue capaz de determinar cuáles pertenecían a cada categoría, a lo que se suma el que un 49 por ciento pensó que al menos, 1 de las noticias falsas, era verdadera.
Así mismo, en este impactante estudio, se encontró que las redes sociales activan como una ‘cámara de eco’, que hacía más complicado a los usuarios, distinguir entre lo que era verdadero, de aquello que no lo era. De hecho, entre quienes pensaban que al menos alguna de las noticias falsas era cierta, un 71 por ciento citó a Facebook como su fuente primaria de noticias, mientras que entre lo que se informaban a través de los medios de noticias, esta cifra descendía al 47 por ciento.
En este sentido, un 66 por ciento de la opinión pública británica considera que las redes sociales como Facebook o Twitter, no están haciendo suficiente para atajar la creciente ola de fake news, mientras que un 50 por ciento cree que estas plataformas requieren de una revisión de datos mayor.
A esto se suma el que se responsabiliza no sólo a las redes sociales, pues un 55 por ciento de los participantes señala al gobierno, por no estar actuando con contundencia para detener las noticias falsas, lo que sugiere que el asunto debería incluirse en la agenda gubernamental.
Y a pesar de que las cifras son preocupantes, se puede tener esperanza, pues como fuente primaria de noticias, apenas un 6 por ciento citó como única fuente a Facebook y apenas 2 por ciento a Twitter, mientras que un 53 por ciento busca informarse a través de los medios noticiosos de TV, Radio e internet, mientras que la primera opción del 17 por ciento son los periódicos.
Un llamado de atención sobre la complicada problemática que enfrenta, tanto la opinión pública como los medios y las redes sociales, a la hora de establecer la percepción de autenticidad de las informaciones, así como el establecimiento de responsabilidades.