No hay escena más anacrónica que la familia reunida frente al televisor. Ante la digitalización y las plataformas el reinado de esta industria parece estar en declive y no es que tienda a desaparecer, pero tendrá que modificarse ante el cambio en los hábitos de consumo de contenidos audiovisuales de las audiencias.

Los números son claros: según el Instituto Federal de Telecomunicaciones (IFT), el porcentaje de mexicanos que consumen contenidos audiovisuales a través de Internet se ha incrementado de manera notable, en 2015 solo 25.8 por ciento de los mexicanos utilizaba Internet con este objetivo, mientras que entre 2020-2021 lo utilizó 59 por ciento de la población, es decir, cerca de 74 millones de personas. Por otro lado, el porcentaje de personas que son usuarios por suscripción de páginas o aplicaciones de paga se encontró en 51 por ciento, lo que es equivalente a 38 millones de mexicanos.

Más allá de los números, seguramente eres una de las millones de personas que para ver el capítulo de su serie favorita, la noticia de último momento o una película ya no utiliza la televisión abierta o de paga, sino alguna plataforma de contenido como Amazon, Disney o Internet, 

Ante ello, la industria de la televisión debe tomar acciones que le permitan seguir compitiendo, la primera es la digitalización que ya es considerada por las empresas mexicanas más importantes como Televisa y T.V. Azteca, sin embargo, otros como las televisoras locales y la pública aún no tienen una transición total y no me refiero al conjunto de tecnologías de transmisión y recepción de imagen, sino a la posibilidad, por ejemplo, de que el televidente vea el contenido bajo demanda o poder reiniciar una transmisión en vivo o bajo una perspectiva de cámara específica. 

El desafío es grande y para ello, las televisoras deben de invertir en producciones originales de calidad, es ahí el punto más flaco de su oferta actual, porque de calidad y originalidad nada y para comprobarlo basta hacer un zapping. 

Las plataformas han llevado a su nicho sus producciones, en navidad, por ejemplo, fue imposible ver los tradicionales villancicos cinematográficos en la tv tradicional; además, claro, guardan sus nuevas producciones de manera exclusiva, así las televisoras se limitan a seguir con la transmisión de programas unitarios, repeticiones de repeticiones y programas deportivos, sobre todo fútbol, que bien se puede encontrar en Internet. 

Ante este panorama, ¿es necesaria la televisión?, ante esta pregunta, quizá para los 38 millones de mexicanos que pagan una plataforma la respuesta sea no, sin embargo, para una gran mayoría aún sea un resquicio por el que no se tiene que pagar y tampoco implica un desafío para los no adaptados a la tecnología, aún con las desventajas 75% de las personas con televisión ven continuamente televisión abierta, según el mismo IFT. 

El tiempo y la llegada de más competencia serán definitivos para saber cuál es el futuro de la televisión tal como la conocemos, mientras tanto, yo la apagué.