Por Alan Campos
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Pese a que Joe Flacco consiguió guiar a los Ravens de Baltimore a la Postemporada en cada una de sus 5 temporadas como profesional en la NFL, muchos especialistas deportivos cuestionaban si se debía de incluir al originario de Audubon, Nueva Jersey dentro de la élite de los quarterbacks, no fue sino hasta que consiguió la victoria en el Super Bowl XLVII el pasado 3 de febrero que la gente dejó de preguntárselo y se vio obligada a aceptar su inclusión dentro de dicha lista.

Sin embargo, aquella tarde cuando los Ravens dejaron tendidos en el emparrillado del Mercedes-Benz Superdome de Nueva Orleáns a los 49ers de San Francisco, Flacco ganó algo más que respeto y la designación de Jugador Más Valioso, con su respectivo Chevrolet Corvette Stingray (con un valor aproximado de 60 mil dólares). Con esa victoria el quarterback se regaló un “anillo de compromiso” de 120,6 millones de dólares.

Quizás muchos no entiendan a qué me refiero con esto, permítanme explicar.

El contrato que Joe Flacco mantenía con los Ravens de Baltimore culminó en el instante en que el reloj del Super Bowl XLVII llegó a cero, a partir de ese instante el quarterback se convirtió en agente libre, y si bien es cierto que aún perdiendo el partido aquella tarde las posibilidades de que el equipo de Maryland permitiera que Flacco se marchara eran mínimas, al salir del Superdome con el anillo de campeón sus bonos se incrementaron astronómicamente y pusieron la negociación en sus manos.

Sin el anillo de campeón del Super Bowl es poco probable que el contrato ofrecido a Flacco hubiera excedido los 100 millones que los Saints de Nueva Orleáns acordaron con Drew Brees el año pasado.

Lo que más sorprende del asunto es la serenidad que Flacco ha demostrado en todo momento, misma serenidad que lo caracteriza en los emparrillados y que le ha ayudado a manejarse como una verdadera marca, sabiendo esperar el momento justo para atacar e imponer sus condiciones.

Hace algunos días leía como un colega periodista dudaba si Joe Flacco valiera los 120,6 millones de dólares que los Ravens acordaron pagarle por las próximas seis temporadas, yo estoy seguro que ninguna persona merece un salario de esa magnitud, sin embargo sabiendo como se manejan los deportes, sobre todo en las ligas estadounidenses, me parece que el costo acordado es incluso bajo, pues es obvio que ningún equipo en la NFL jamás habría dejado marcharse a un mariscal campeón del Super Bowl, mucho menos con la edad y los números que ostenta Flacco.

Por si fuera poco, cabe destacar que durante la pasada postemporada de la NFL Flacco firmó un patrocinio con la dulcera alemana Haribo, sponsor que se sumó a los acuerdos que ya tenía anteriormente con Nike y 1st Mariner Bank.

La verdad es que durante los últimos Playoffs Joe Flacco dio la impresión de haber podido ganar el Super Bowl en el momento que él así lo decidiera, y aparentemente el quarterback habría decidido esperar hasta el momento preciso para obtener el contrato más jugoso de la historia. Sin lugar a dudas cuando veo a Flacco ahora me queda clara su habilidad con los números y estoy seguro que de no haber trascendido como jugador de la NFL, hubiera tenido una exitosa carrera ejerciendo la carrera que estudió en la Universidad de Delaware: Contabilidad.