Se cumplen siete años de la muerte de la genial Amy Winehouse y a pesar de que su vida se apagó por causa de sus severas adicciones, su marca personal no logró diluirse en el alcohol, por el contrario, parece haber alcanzado el estatus de leyenda.
Prueba de ello se puede ver en las buenas ventas que aún registran los dos únicos discos de larga duración que logró grabar, los cuales, como suele suceder, se vendieron por millones tras darse a conocer la noticia de su deceso.
La de de Amy Winehouse es una marca personal que no se diluyó por varias razones que van más allá del notable talento para componer e interpretar la música que le caracterizó. A continuación se muestran diferentes razones que la colocan como una figura con branding personal vigente.
- Su personalidad era arrolladora y lo fue más cuando logró completar una especie de personaje en casi todas sus presentaciones en vivo, entrevistas y apariciones personales: un vistoso peinado que remataba en un chongo -que a todos nos hace recordar a Winehouse-, ropa ajustada a su muy delgada silueta -que atizaba los rumores de anorexia-, piel tatuada y una actitud de desenfado que en repetidas ocasiones se aderezó con el abuso de alcohol y otras sustancias. Si bien no era un ejemplo para las juventudes, si resultaba fascinante.
- Tuvo la extraña ¿fortuna? de morir a los 27 años, edad en la que otros personajes de notable talento y atormentadas biografías lo hicieron: Jim Morrison, Janis Joplin, Kurt Cobain y Jimi Hendrix, entre otros. Pertenecer al mítico Club de los 27 ha ayudado a que la historia de su vida se haya convertido en leyenda.
- Como siempre ocurre con un personaje de éxito que muere durante su juventud, su producción creativa potenció sus ventas. Las únicas dos producciones discográficas que alcanzó a realizar, Frank -2005- y Back to black -2006-, dispararon sus ventas aún cuando ya habían sido exitosos y premiados fonogramas. Back to black, por ejemplo, logró ventas por 58 mil copias sólo en su formato de vinilo en los Estados Unidos durante 2017.
- Amy, el documental dedicado a la vida de esta cantante británica y lanzado en 2005 resultó un rotundo éxito. Fue dirigido por Asif Kapadia y obtuvo reconocimientos durante su exhibición en el festival de Cannes y la cinta fue acreedora al premio Oscar al mejor documental en la premiación de 2016.
Amy Winehouse fue encontrada muerta el 24 de julio de 2011 en su residencia de Londres, la causa oficial fue la ingesta -por enésima vez-, de dos botellas de vodka en la noche previa de su deceso. Antes de ello había pasado complejos procesos de desintoxicación y luchaba por sacar a flote su marca personal y carrera musical después de las constantes interrupciones que ocurrían en sus conciertos por presentarse en estado de ebriedad o bajo el influjo de otras drogas. Su última grabación formal fue un dueto con el cantante Tony Bennett.
A pesar de su muerte, la figura y branding personal de Amy Winehouse, lejos de diluirse, pareció potenciarse hasta llegar al codiciado lugar de los personajes que se convierten en leyenda.