En varios países, la app de alojamientos Airbnb ha ganado mucha popularidad debido a las características de servicio que ofrece a las personas que buscan experiencia más personales e intimas, ajándose de los grandes hoteles. Sin embargo, esto aunque ha sido bueno para la economía y negocios, también se ha convertido en un problema.
Al menos eso es lo que consideran autoridades de ciudades como Amsterdam, donde el gobierno local determinó prohibir los alquileres de vacaciones, incluidas los sistemas de plataformas digitales, esto en tres áreas que conforman el centro de la localidad a partir del 1 de julio.
El turismo es la causa
En concreto, las zonas donde aplica el veto total son: Burgwallen-Oude Zijde, Burgwallen-Nieuwe Zijde y Grachtengordel-Zuid. “En estos barrios, el turismo tiene una presión tan grande sobre la calidad de vida de los residentes que es necesario prohibir los alquileres de vacaciones”, señaló el Ayuntamiento de la ciudad en un comunicado citado por Europa Press.
Aunado a lo anterior, se determinó que en el resto de la capital de Países Bajos sí se permitirán los alquileres vacacionales, pero esto será bajo un un permiso especial y se podrá hacer por un máximo de 30 días al año, y a grupos de no más de cuatro personas.
De acuerdo con las autoridades locales, entre los argumentos defendidos para tomar tales decisiones, se destacó la “presión” que está ejerciendo la afluencia de turismo en la calidad de vida de los residentes.
Al respecto, el concejal de vivienda de Amsterdam, Laurens Ivens, dijo que se realizó una consulta entre los 780 habitantes y organizaciones, en la cual, aproximadamente el 75 por ciento se pronunció a favor.
Un tema para las ciudades locales
Como mencionamos al inicio de la nota, Airbnb se ha convertido en una de las principales aplicaciones del sharing economy que ha ganado preferencia en la sociedad ya que, por un lado se convirtió en la alternativa para muchas personas de poder generar ingresos de manera independiente, mientras que para los viajeros es una forma de tener mayor control de sus casos, el sitio en el que se hospedan y la geolocalización para el destino que desean visitar, entre otros factores.
No obstante, no es nuevo señalar que la aplicación ha enfrentado conflictos desde con la industria hotelera que la ve como un competidor con ventajas debido a que no está sometido a las mismas regulaciones y, precisamente, con los gobiernos locales que se han dispuesto a reglamentar la operación de este tipo de servicios.
Uno de los problemas que se han identificado, es la multiplicación de ofertas de alojamiento. Ejemplo de ello es lo que reveló un reporte difundido por Magnet, el cual apunta que desde que en 2014 los apartamentos turísticos comenzasen a ser una tendencia al alza, la cifra no ha parado de crecer hasta el punto de afectar a la oferta de vivienda local en el centro de algunas ciudades como Edimburgo, Barcelona, Nueva York, y Londres.
De hecho, en la capital de Países Bajos, Airbnb se ha establecido como un serio competidor del sector hotelero y ha transformado la industria hotelera, según revela un repente de Statista. En esta ciudad europea, por ejemplo, la aplicación registró aproximadamente 1.97 millones de pernoctaciones durante 2018, que es significativamente más en comparación con otras ciudades importantes como La Haya, Utrecht y Rotterdam.
De hecho, los datos citados por el Ayuntamiento de Amsterdam señalan que hasta principios de este año, “uno de cada 15 hogares en Ámsterdam se ofrecen en línea”. De ahí la preocupación de las autoridades locales por regular el alcance de este tipo de alojamientos.
La medida puede resultar en beneficio de los residentes, sin embargo, para el viajero podría representar una limitante para optar por este tipo de servicios en caso de visitar esta ciudad… ¿tal vez un beneficiado indirecto serán los hoteles?