Andrés Manuel López Obrador (AMLO) se convirtió este miércoles en presidente electo de México, luego de recibir su constancia por parte del Tribunal Electoral de Poder Judicial de la Federación (TEPJF).

El documento lo acredita como el ganador de la contienda electoral celebrada el 1 de julio pasado, en la que obtuvo el 53.19 por ciento de los votos emitidos en las urnas. Durante el acto, el presidente electo señaló que la suma de los trabajos respetuosos e independientes fortalecerán a la República y al Estado democrático.

“En el nuevo gobierno, el presidente de la República no tendrá palomas mensajeras ni halcones amenazantes. Ninguna autoridad encargada de impartir justicia será objeto de presiones ni de peticiones ilegítimas cuando esté trabajando en el análisis, elaboración o ejecución de sus dictámenes y habrá absoluto respeto por sus veredictos”, abundó.

Cuando se supo el resultado de las elecciones, el equipo del político tabasqueño buscó encaminar la agenda política hacia la transición, esta estrategia estuvo acompañada de acciones tanto en redes sociales como de acciones que han buscado refrendar el triunfo en las urnas.

Una de las acciones que pronto tomó relevancia fue la reunión que López Obrador tuvo con el presidente Enrique Peña Nieto, dos días después de las elecciones, ahí reconoció que el mandatario fue respetuoso en el proceso electoral y los sufragios fueron libres y limpios.

El encuentro se celebró con cordialidad cordialidad, amistoso y de respeto, con el compromiso de que habrá una transición sin sobresaltos para garantizar la paz y la tranquilidad en este proceso.

Algo esperado por analistas políticos, ya que una de las palabras que resonaron continuamente durante los primeros resultados de la elección es que México se unificara y entrara en un estado de paz.

Como punta de lanza, esta acción provocó que el equipo de estrategia de AMLO se alineara a distintas directrices, ya que prontamente comenzaron los cuestionamientos.

Gasolinazos, seguridad y educación, los primeros roces

Dentro de los primeros temas que generaron fricción con los no simpatizantes del fundador del Movimiento de Regeneración Nacional (Morena), fue el tema energético, luego de que Carlos Urzúa, el candidato de AMLO para dirigir la Secretaría de Hacienda y Crédito Público (SHCP), señalara que el precio de las gasolinas seguiría aumentando, algo que enseguida fue justificado con el argumento de que así se movía el mercado de energéticos y que “sería imposible bajar el precio de los combustibles de manera inmediata”.

Otro de los temas delicados que tomaron relevancia durante los primeros días de haberse celebrado la elección fue el mensaje con el que El Vaticano desmentía que el Papa Francisco I participaría en los foros de paz en pro de la seguridad del país.

Por su parte, una situación similar se dio cuando Esteban Moctezuma, quien dirigirá la Secretaría de Educación Pública (SEP), ya que una de las promesas de campaña de López Obrador era “echar para atrás” la Reforma Educativa y delinear puntos que mejoraran el sistema educativo nacional.

Junto con estas acciones, la oposición señalaba que la educación en el país “retrocedería” en materia educativa y se concretaría la alianza con la Coordinadora Nacional de Trabajadores de la Educación (CNTE).

Los aciertos

Las reuniones con los funcionaros de países socios de México, como Estados Unidos, Canadá y China, además de con los diferentes representantes del sector empresarial a los cuales se les expuso los diferentes planes de su gobierno para generar prosperidad en el país.

Entre las acciones que más resaltaron, fue la carta enviada al presidente de Estados Unidos, Donald Trump, en la cual invitaba al gobierno de ese país a tener una relación cordial y amistosa. Por su parte, otros de los diversos acuerdos que generó con el Consejo Coordinador Empresarial (CCE) una de las fuerzas que más se manifestaron contra su candidatura en los tres procesos que participó.

Dentro de la historia democrática del país, esta es la primera vez en México (desde 1994, que se miden las preferencias electorales), que un candidato termina la campaña con una ventaja tan amplia.

Los analistas coinciden que los mexicanos se dieron cita en las urnas motivados por el enojo y descontento al sistema, representado principalmente por los partidos Revolucionario Institucional (PRI) y Acción Nacional (PAN).

Andrés Manuel López Obrador figuró como líder absoluto en las encuestas de intención de voto, comenzando en un 30 por ciento y finalizó con un contundente 50 por ciento.