Ante el aumento de su deuda y la caída de las ventas, hace una horas American Apperel se declaró en bancarrota, con lo que el gigante textil de Estados Unidos entrará a un concurso de acreedores para hacer frente a su afectada situación financiera.
Paula Schneider, consejera delegada de la compañía, anunció a través de un comunicado que la firma necesita una reestructuración para confrontar la deuda de 300 millones de dólares que acumula, mismo que a lo largo de los próximos seis meses espera reducir el endeudamiento hasta los 135 millones de dólares así como reducir los costes de operación anuales en 20 millones.
La firma se enfrenta a una deuda de 300 millones de dólares
Este objetivo se espera alcanzar a través de un plan en el que los acreedores de la empresa obtienen acciones de la empresa a cambio de lo que se les debe, al tiempo que se aprobó una inversión de 70 millones para mantener las operaciones de la empresa, con lo que se busca que este problema no afecte la estructura de producción en Estados Unidos ni su red de cerca de 230 tiendas en todo el mundo.
“Esta reestructuración permitirá a American Apperel convertise en una empresa más fuerte y vibrante. Al mejorar nuestra situación financiera podremos centrarnos en la ejecución de la reestructuración de nuestro negocio mientras creamos productos nuevos y relevantes, lanzamos nuevas iniciativas de diseño y merchandising, invertimos en nuevas tiendas, hacemos creer nuestra shop online o creamos cautivadoras campañas de marketing que nos ayuden a impulsar nuestro negocio hacia adelante”, afirmó Schneider.
Dos razones y un escándalo
Al hablar de los motivos que llevaron al retail a entrar en esta situación se encuentra la baja en ventas, los conflictos judiciales de Dov Charney -ex director ejecutivo de la compañía- y un mercado hipercompetitivo en Estados Unidos.
En este sentido, a mediados del año pasado, Charney fue despedido de su cargo por lo que el Consejo de Administración de la marca, definió como ‘conducta indebida’ relacionada con malversación de fondos de la compañía así como con la difusión de los desnudos de una antigua empleada que había denunciado a Charney por acoso sexual.
Lo anterior, puso en entredicho la ética y buen manejo de la marca dentro del mercado, lo que a su vez redujo las armas de la firma para pelear en un mercado en el cual cada vez es más complicado ser relevante para el consumidor.
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Durante el segundo trimrestre del año American Apperel registró una baja del 17 por ciento en las ventas y pérdidas por un valor de 19.4 millones de dólares
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En los últimos años, aquellas marcas en el mercado estadounidense que intentaron cautivar al nicho de los millennials no sólo se enfrentan a la creciente oferta de marcas fast fashion, sino que además a consumidores más interesados en la tecnología que en la moda.
Esto se derivó en la baja de 17 por ciento en las ventas de American Apperel durante el segundo trimestre del año con respecto al mismo periodo de 2014, así como en pérdidas por un valor de 19.4 millones de dólares, lo que la llevó a ser excluida de cotización a finales del mes pasado por su riesgo de quiebra.
Lo sucedido con esta marca, que es considerada como una de las marca representativas del mercado estadounidense, deja en claro que para cautivar al consumidor actual -y sobre todo cuando se habla de las generaciones más jóvenes- no basta con tener un producto de calidad o lanzar estrategias de comunicación provocativas.
Si bien la declaratoria de quiebra tiene que ver con un claro mal manejo financiero de la compañía, también es cierto que la baja en las ventas responde a una relación poco empática con los consumidores, en donde de nuevo la reputación es uno de los activos que más se deben cuidar dada la importancia que hoy tiene para los targets relacionarse con marcas responsables en todos los sentidos, que aparenten y demuestren su ética en todo momento.