Para las personas que gustan de armar computadoras, o al menos les gusta enterarse sobre los componentes internos de sus equipos, sabrán que desde hace años las marcas de procesadores se dividen en dos básicas: Intel y AMD, sin embargo, la segunda ha ido perdiendo terreno paulatinamente, con lo que intentan volver a la competencia con un nuevo procesador.
Intel se ha hecho con gran parte del mercado, e incluso ha encontrado grandes negocios de la mano de marcas como Apple, quien se decidió por la arquitectura de Intel para olvidar su oscuro pasado con Power PC, lo cual a su vez formó parte sustancial del éxito que Apple tiene hoy en día.
AMD enfrenta muchos problemas en su posicionamiento de marca, sobre todo en lo referente a equipos de alto rendimiento, sector en el que la marca es famosa por presentar problemas de sobrecalientamiento.
El calor que emiten los procesadores es un obstáculo para los diseñadores e ingenieros encargados de crear computadoras de escritorio y laptops, ya que se necesitan implementar sistemas de enfriamiento que consumen energía, reducen la autonomía y ocupan valioso espacio en el interior.
Un ejemplo de lo que puede lograrse cuando un procesador es eficiente y no se calienta demasiado, es la MacBook de 2015, el primer equipo en eliminar los sistemas de enfriamiento a base de ventiladores, líquidos o cualquier componente mecánico.
Ahora AMD intentará competir este año con el lanzamiento de su línea Polaris, la cual se pondrá al corriente con las últimas tecnologías en arquitectura de hardware en cuestión de GPU, terreno donde Intel y Nvidia poseen la mayor parte del mercado.
Los GPU son procesadores dedicados para video, y representan uno de los elementos más significativos de los equipos de alto rendimiento que cuentan con tarjetas de video dedicadas.
Durante 2015, Intel mantuvo una cuota de mercado superior al 70 por ciento, mientras que Nvidia se posicionó hasta con el 15 por ciento, y AMD con un 14 por ciento del mercado, según Jon Peddie Research.