La inflaciĆ³n provoca aumento de precios, lo que disminuye el valor del dinero para comprar cosas. Existen innumerables ensayos que buscan explicar la inflaciĆ³n en tĆ©rminos econĆ³micos. Por desgracia, pocos se ocupan de explicarla en tĆ©rminos mercadolĆ³gicos.
Se reconoce que se ha estado gestando un proceso inflacionario global. Con diferentes matices, se habla de que la actual alta inflaciĆ³n permanecerĆ” con nosotros por algĆŗn tiempo. SegĆŗn un reporte de la publicaciĆ³n britĆ”nica The Economist, una de las tendencias mĆ”s claras a nivel internacional del comercio durante la pandemia ha sido pasar de la eficiencia a la resiliencia, del ājusto a tiempoā al āpor si acasoā.
Todo ello considera los canales de marketing, asĆ como sus interrupciones de suministro, que van desde microchips para todo tipo de productos hasta materias primas esenciales para cualquier industria. Esto ha provocado el incremento de costos que son normalmente trasferidos al consumidor final.
Claro, existen excepciones donde las empresas absorben todos o parte de esos aumentos, que al final se reflejan en sus resultados. Esto Ćŗltimo puede ser hecho en un plazo corto, meses o en ciertos casos hasta un aƱo o poco mĆ”s.
Sin embargo, cuando el panorama econĆ³mico indica que por diversas circunstancias la inflaciĆ³n se mantendrĆ” algunos aƱos, es de esperarse que ello represente un gran desafĆo para las empresas, pero tambiĆ©n para los consumidores.
En ese contexto, las empresas requieren ser igual o mĆ”s Ć”giles que en los aƱos de pandemia por COVID-19. Para las sobrevivientes, ser Ć”giles y estar dispuestos a tomar decisiones riesgosas āy en muchos casos hasta temerariasā, les ha demostrado que pueden enfrentar situaciones como la inflaciĆ³n.
Son diversos los factores que provocan inflaciĆ³n, como la escasez de productos (recordemos el papel de baƱo durante la pandemia) o el exceso de demanda por parte de los consumidores (principalmente motivada por liquidez en el mercado). Independientemente de ello, las empresas persiguen continuar operando y ganar mercado, pero tambiĆ©n con productividad.
Desde la perspectiva de marketing, las empresas pueden hacer muchas cosas. Existe evidencia de que algunas siguen soluciones como ofrecer menos producto por empaque, manteniendo el precio. Se ve en productos con presentaciones de 800 gramos en lugar de un kilo o en botellas de un litro remplazando las de litro y medio. Sin embargo, esto puede ser discutible, ya que pocas veces se comunica claramente el cambio al consumidor.
Hace tiempo, el profesor John Quelch (Universidad de Miami y Harvard) comentaba sobre quƩ hacer en tiempos como estos. Entre sus sugerencias indica conocer al cliente (investigarlo mƔs que nunca), enfocarse en valores familiares (presentar historias familiares agradables en lugar de temas extremos), mantener el gasto de mercadotecnia (o la competencia lo harƔ), ajustar el portafolio de productos (enfocarse en lo que tiene valor y rentabilidad), apoyar a los distribuidores (planear con ellos todas las compras) y ajustar las tƔcticas y estrategias de precios (ofrecer un valor significativo para los clientes).
Similarmente, un reciente estudio (mayo 2022) de Euromonitor sugiere que en esta Ć©poca inflacionaria las empresas se enfoquen en identificar tendencias de consumo, entender sus dinĆ”micas de costos y desarrollar puntuales estrategias de precios. Los dos puntos de vista apoyan el interĆ©s del cliente en la empresa junto con una mejor imagen de la propia compaƱĆa. Recordemos que los clientes son los que terminan pagando el precio de la inflaciĆ³n.
Por: Dr. Jorge A. Wise, Profesor de Marketing y Negocios Internacionales de CETYS Universidad, miembro de la CETYS Graduate School of Business