Santiago, Chile.- Una de mis mejores amigas, una treintona separada, bonita y excelente profesional insiste en mostrarme los “prospectos” que tiene a diario en Tinder. Junto con el relato de los que conoce y los que la han bloqueado porque, antes de conocerla, se le insinúan y ella los manda con viento fresco a buscar otras presas, surge la reflexión de lo sola que está la gente. Hasta ahí, todo bien. Luego me entero que mi hija veinteañera también ha bajado la aplicación. Me muestra los modelitos, yo opino y me río, pero vivo una experiencia inquietante, por decir lo menos, a raíz de un par de nuevos conocidos de mi primogénita.
Claro, en esta época hay poco tiempo para conocerse, luego una aplicación como ésta, que está de moda entre varias generaciones, se vuelve casi una adicción. Mi hija va al cine con uno de los tipos que la contactó mediante Tinder. Es tarde y su teléfono está ocupado. Luego no responde. Mi mentalidad de escritora acelera a mil y me veo reconociendo su cuerpo en la Morgue de la capital. Por fortuna, la encuentro conversando con el desconocido fuera de mi casa. Mi reacción es irracional. Soy madre ante todo y me preocupa que el personaje sea un psicópata (obvio, si no tiene habilidades sociales para conocer gente “ en directo” y necesita una aplicación para relacionarse con sus pares, no puede ser muy normal) y “espanto” al futuro ex de mi hija a la brevedad. Es todo muy complejo.
Entonces investigo y veo que muchos se quejan de ciertos aspectos de la aplicación de moda que, sirve como un juego de citas pero que, raras veces obtiene buenos resultados. Aquí algunos comentarios universales.
Te relacionas con un completo extraño. La foto y la descripción pueden ser falseadas como todo en la red. Lo que la persona al otro lado te dice, es parte del juego y todos nos mostramos como súper héroes en las primeras citas.
Las frases bonitas son parte del personal branding. Aprender a decir lo que el otro quiere escuchar es muy fácil. Ser verdadero en términos de pensamiento y sentimiento, no es algo común en este juego.
Todo es riesgo. El personaje que ha elegido tu foto lo ha hecho porque le pareces deseable. No piensa entregar su tiempo, ni su vida, ni un mínimo esfuerzo si tú no estás dispuest@ a pasarlo “bien” un rato.
Falsa soltería. La mayoría de las personas que utilizan la aplicación, lo hacen para salir de la rutina. Muchos de ellos, en especial hombres, están comprometidos.
Fotos colectivas. Este comentario se repite, es liviano, pero significativo. En fotos colectivas, el “prospecto” es, probablemente, el más feo.
Departamentos abiertos. Nunca confíes en aquel que te cita a su departamento. Si estás dispuest@ a ir un paso más allá y a conocer a la otra parte, pídele que se reúnan en algún lugar público, con mucha gente (idealmente conocida). Si no está dispuest@, es probable que sus intenciones no sean de las más amables.
En el fondo, la aplicación fue hecha para jugar. Si quieres ir en serio, no esperes demasiado y, por favor, cuídate.