- Los impagos en tarjetas de crédito en Estados Unidos alcanzaron su nivel más alto desde 2008.
- Afecta principalmente a los consumidores de bajos ingresos.
- El gasto impulsado por la pandemia y los problemas logísticos generaron inflación, elevando las tasas de interés y el costo de las deudas de tarjetas de crédito.
Los impagos en las tarjetas de crédito en Estados Unidos alcanzaron en 2024 su nivel más alto desde la crisis financiera de 2008.
La situación es un claro indicativo de que la salud financiera de los consumidores, especialmente aquellos de bajos ingresos, se está deteriorando tras años de elevada inflación.
Según publica el Financial Times, las entidades financieras registraron la cancelación de 46 mil millones de dólares en saldos de préstamos morosos durante los primeros nueve meses de 2024.
Esta cifra representa un incremento del 50% en comparación con el mismo período del año anterior, marcando el nivel más alto en 14 años.
Las cancelaciones de deudas, que se producen cuando los prestamistas asumen que es improbable que un deudor pague sus obligaciones, son un indicador muy observado de dificultades financieras importantes.
“Exhaustos financieramente”
Según Moody’s Analytics, los hogares de altos ingresos están bien, pero el tercio inferior de los consumidores estadounidenses están exhaustos financieramente hablando; su tasa de ahorro en este momento es cero.
Este aumento en los incumplimientos muestra cómo las finanzas personales de los consumidores se encuentran cada vez más apretadas tras años de alta inflación, en un contexto donde la Reserva Federal ha mantenido elevados los costos de endeudamiento.
Aunque los bancos aún no han publicado sus resultados del cuarto trimestre, los primeros datos sugieren que más consumidores están retrasándose en sus pagos.
Capital One, por ejemplo, el tercer mayor emisor de tarjetas de crédito de Estados Unidos, informó que su tasa de cancelación de tarjetas de crédito alcanzó el 6.1%, un aumento desde el 5.2% del año anterior.
Tarjetas de crédito: el gasto y sus consecuencias
Los consumidores estadounidenses salieron de los confinamientos de la pandemia con mucho dinero en efectivo y listos para gastar.
Los emisores de tarjetas de crédito se mostraron dispuestos a facilitar este gasto, ofreciendo tarjetas a clientes que quizás no habrían calificado en el pasado debido a sus ingresos, pero que parecían deudores seguros gracias a cuentas bancarias con mucho efectivo.
Así, los saldos de las tarjetas de crédito se dispararon, con un aumento de 270 mil millones de dólares en 2022 y 2023, dice el FT.
Este gasto, junto con los problemas logísticos provocados por el coronavirus, hizo estallar la inflación.
En respuesta, la Reserva Federal incrementó los costos de endeudamiento a partir de 2022.
Los mayores saldos que pagar y las tasas de interés más elevadas hizo que los estadounidenses ahora no puedan pagar la totalidad de sus deudas de tarjetas de crédito y busquen refinanciamiento (más caro, por cierto).
Perspectivas para el futuro cercano
Las esperanzas de que la Reserva Federal reduzca rápidamente las tasas de interés en 2025 se desvanecieron recientemente, cuando los funcionarios predijeron solo medio punto porcentual de recortes el próximo año, en comparación con la previsión de un punto porcentual de hace tres meses.
A pesar de que se cancelaron casi 60 mil millones de dólares en deuda de tarjetas de crédito el año pasado, otros 37 mil millones de dólares permanecen en las tarjetas de los consumidores con al menos un mes de retraso en los pagos.
Las tasas de morosidad en las tarjetas de crédito, por su parte, están en su punto máximo.
Además, la amenaza de Donald Trump de implementar aranceles (entre otros a países como México), podría incrementar la inflación y las tasas de interés.
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