Por otra parte, en 2022 el mercado de artículos de lujo en México superó los 14 mil millones de dólares en ventas, informó Abelardo Marcondes, CEO en LuxuryLab Global. Durante la conferencia “Las nuevas reglas del juego” resaltó que esto representó un crecimiento de 18 por ciento en el sector, de 2021 a 2022. Mientras que, a nivel global el incremento fue del 6 por ciento respecto del mismo periodo. En ese sentido, el directivo considera que la generación Z será fundamental, pues es una de las principales consumidoras de estos productos en la actualidad.

La Cámara de Comercio e Industria de Francia en México señala que el país tiene el mayor mercado de lujo de Latinoamérica y el decimoquinto a nivel mundial. Se estima que en 2023, pese a la inflación e incertidumbre económica, crezca un 12 por ciento.

Alcaldesa de CDMX porta un Rolex 

Sandra Cuevas, alcaldesa de la Cuauhtémoc fue exhibida en redes sociales por portar un reloj de la firma de lujo Rolex, cuyo precio es de 14 mil 50 dólares, es decir, alrededor de 245 mil 835 pesos mexicanos.

El modelo es Rolex Datejust 36 hecho de acero Oystersteel y oro Eversore con un brazalete jubilee, y que tiene un bisel estriado que es el sello de distinción de la marca.

Sin embargo, el tema de que los políticos porten objetos lujosos tiene un fuerte impacto social y es que es la crítica se centra en que el pago sale de los impuestos que cada ciudadano aporta y molesta aún más a los internautas el “descuido” que hay en otros temas, por ejemplo, inseguridad, baches en las calles, etcétera. Sin embargo, cabe señalar que estos gastos no es muy común que los funcionarios den explicaciones, por lo que la respuesta queda en el aire.

En un artículo publicado en Merca2.0 se habla sobre la publicidad negativa que genera que personas de la vida pública usen artículos de lujo, donde se advierte que el problema es para marca, cuya imagen y reputación se ven afectadas: “en el momento que las prendas o artículos exclusivos son utilizadas por políticos, se convierten en todo lo contrario a lo que quieren proyectar, la exclusividad y el estatus se ve reducido a a conceptos relacionados con la corrupción, con los malos manejos o a algo que es necesario ocultar -como se puede ver en un pequeño video expuesto de Marcelo Ebrard- y no mostrarlo con orgullo como se esperaría de objetos con tales características. En pocas palabras, lejos de que se conviertan en embajadores de una marca se convierten en promotores de detractores para la misma”.

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