Las amenazas del presidente de Estados Unidos, Donald Trump, contra las empresas estadounidenses que fabricaran sus mercancías en otros países para después cobrarles un arancel ya provocó alarma entre las minoristas, quienes ya pidieron una reunión “urgente” con funcionarios en Washington.
Los directores ejecutivos de Target, JCPenney, Best Buy, Gap, Tractor Supply y AutoZone, viajarán al Capitolio para discutir el impuesto fronterizo sobre las importaciones mexicanas, sin embargo, se dijeron más preocupados por el “impuesto de ajuste de frontera”.
Directivos sostienen que el impuesto fronterizo por importaciones mexicanas es menos grave que el de ajuste fronterizo, ya que podría “incentivar mordidas sobre cualquier compañía que importe mercancías”.
Refirieron que esa clase de impuestos los afectan directamente porque las minoristas tienen que comprar los productos que venden en sus tiendas, y si tienen altas ventas, puede representar un riesgo los ajustes a la frontera, motivo que los orillaría a “subir sus precios al consumidor”.
Los CEOs se reunirán con el presidente de la Cámara de Representantes y Medios, Kevin Brady, cuyo comité es el encargado de redactar de los impuestos, así como los líderes de ambas cámaras, tanto republicanos como demócratas.
Lo que los minoristas harán es implementar un lobby, es decir, un grupo de presión formado por representantes, quienes presionarán a las autoridades a no implementar el impuesto.
Más que un ajuste, se trata de un cambio fiscal a importaciones y exportaciones, pues las empresas ya no podrán deducir el costo de sus bienes importados, lo que aumentaría la renta de cualquier empresa a las importaciones.