Las ventas de wearables en 2016 crecieron 25 por ciento, lo cual significó 102.4 millones de pulseras de ejercicio, relojes, auriculares, ropa y otros objetos conectados, pues tan solo en el cuarto trimestre del año pasado se vendieron 33.9 millones de unidades, según el IDC.
De acuerdo con un estudio del UK-based Office, los wearables se han convertido en una herramienta extra de trabajo, pues que ayuda al personal que tiene hambre de hacer el trabajo más eficiente, así lo cree el 36 por ciento de los profesionistas.
Al parecer, el aumento de productividad va de la mano con la “satisfacción” laboral que producen los objetos conectados, además de que ayudan a controlar sus niveles de estrés y su salud en general, por lo que se han convertido en una herramienta para una buena salud y ambiente laboral.
No obstante, el 65 por ciento se dijo preocupado por la dependencia que podrían crear los wearables y por la obligatoriedad de nuevos parámetros de productividad que implementarían las compañías. Entre las recomendaciones es no depender de un objeto conectado como hack de productividad.
Originalmente, los wearables fueron diseñados para medir la distancia, en caso de los smartwatch, pero ahora tienen toda clase de funciones, como el cuidado de la salud, recopilación de datos adicionales, además de que continúan siendo gadgets de entretenimiento.
Las compañías que dominan el mercado son Apple y Google, aunque últimamente HTC, Huawei, Xiaomi, Samsung, Panasonic, entre otras, se han adentrado en el mercado de wearables y han lanzado modelos desde 2016.