Esta semana, el gobierno de Estados Unidos anunció el final del acuerdo con Irán firmado en 2015 en el que el país árabe se comprometió a limitar su programa nuclear a cambio del cese de sanciones económicas.
Las sanciones, como en el caso de Cuba, no son sólo para el país al que se quiere dañar, también afectan a las empresas privadas que hagan negocios con dichos gobiernos.
El final del acuerdo entre Estados Unidos e Irán ya tiene dos víctimas, se trata de los dos principales fabricantes de aviones en el mundo: Airbus y Boeing.
Ambas compañías perderán contratos con el gobierno iraní que suman más de 39 mil millones de dólares.
De acuerdo con un reporte del Washington Post, en diciembre de 2016 Airbus firmó un acuerdo para fabricar 100 aviones por 19 mil millones de dólares. Hasta el momento ha entregado sólo tres y son los primeros aviones nuevos que llegan a Irán después de 23 años.
Por su parte, Boeing tiene un trato para construir 80 aeronaves por cerca de 19 mil millones de dólares, precio de lista. Las entregas se realizarían entre 2017 y 2025.
Si los fabricantes de aviones cumplen con sus acuerdos con Irán podrían ser sancionados por el gobierno de Estados Unidos. En el caso de Airbus que es francesa, porque el diez por ciento de las piezas de sus jets tienen como origen la Unión Americana.
Estados Unidos ha señalado que habrá excepciones en torno a las sanciones pero no ha indicado cuáles serán.
Mientras tanto, Irán ha señalado que tiene interés en mantener el acuerdo con los otros países involucrados, entre los que se encuentran Reino Unido, Francia, China, Rusia y Alemania.