Por Camila González
Twitter: @GFCam
Eso de estar todos unidos, invisiblemente, por el cordón virtual hace que nos convirtamos en fuerza inmensas a la hora de hacer o exigir cambios para las comunidades y la humanidad.
Más de 40 millones de personas usan change.org, la más grande plataforma de peticiones en línea para generar cambios a muchos niveles.
Gente de 196 países entra a esta página y firma propuestas que claman por justicia social, justicia de género, cuidado y recuperación del medio ambiente, y reivindicación de los abusos de poderes políticos, judicial y económico… Esta iniciativa recibe desde el clamor de una mamá para detener el acoso escolar de su hijo hasta clientes que presionan a una entidad bancaria para que elimine una comisión injusta o un grupo de ciudadanos que abogan en contra de la corrupción de su gobierno.
Muchas peticiones consiguen su objetivo: que una entidad o marca indemnice, sacar un producto del mercado, frenar leyes contraproducentes para la mayoría, acelerar sentencias, revirsar normas inhumanas, etc. Y cualquier persona puede abrir una iniciativa e invitar a que los demás de unan.
Suena sencillo, y normal, pero es una revolución impresionante de la humanidad. No dimensionamos la época en que nos tocó vivir. Hoy hay más oportunidades de lograr cambios y de beneficiar a grupos de gente con sólo iniciar un clamor y confiar en la solidaridad humana, y sus firmas por supuesto. Toda una revolución social impensable en el pasado.
En otras épocas, ¿cuánto podía tardarse juntas miles de firmas en pro de una causa? Y conseguirlas alrededor del mundo era una utopía. Hoy, gracias a la conectividad, las utopías aterrizan y las personas comunes y corrientes adquirimos poderes que no podemos calcular.
Cerca de 12 mil personas han firmado para lograr, por ejemplo, que la Secretaría de Medio Ambiente no autorice la explotación de la Mina Esperanza situada en el área circundante a la zona arqueológica de Xochicalco. Gracias a 22 mil convencidos, Disney no patentará el día de muertos. Alrededor de 172 mil firmas se oponen a las a violaciones correctivas de mujeres sudafricanas.
Cerca de 8,400 personas lograron que el Club Campestre de Chihuahua admitiera formalmente como socios familiares a una pareja del mismo sexo y sus hijos. Van 11 mil nombres que exigen a la Cervecería Cuauhtémoc Moctezuma que ofrezca una disculpa pública por haber difundido una campaña discriminatoria y ofensiva hacia mujeres y hombres: “Es fácil ser hombre”.
Y siguen… desde causas caseras hasta monumentales… Otro ejemplo, que Peña Nieto regrese el estatus de Parque Nacional al Volcán denominado “Nevado de Toluca”.
Emocionante, muy emocionante… y de incalculable impacto.
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