Los fidget spinners, los juguetes que se convirtieron en un fenómeno a nivel mundial, han sido tan exitosos que incluso Kim Kardashian y Ronaldihno lanzaron sus propias versiones.
En el caso de Kardashian se trata de una estrategia con la que promociona el brazo comercial de su sitio kimoji.com, mientras que Ronalhdino encontró en el juguete la oportunidad de crear un producto con su nombre, para lograr mayor impacto de su marca personal, entre los consumidores que adquieren el accesorio con oro de 24 kilates.
El producto encontró un público ávido de adquirirlo; sin embargo, en la producción masiva se escapan connotaciones negativas, luego de reportarse al menos dos explosiones.
Los simples fidget spinners son mecánicos, por lo que no requieren baterías, pero existen ejemplares que en su intento por ser más interesantes para generaciones como la Z, acostumbradas a la tecnología, incluyeron altavoces Bluetooth.
Con estos, se pueden conectar al smartphone o tableta para escuchar música por medio de “pequeñas bocinas” ubicadas dentro del juguete.
Entonces surgió el problema, dos personas en Estados Unidos (una de ellas Kimberly Allums, de Alabama) reportaron que sus fidget spinners estallaron al estar conectados para cargarse.
Es decir, la falla podría radicar en la batería, tal como ocurrió con los hoverboards que incluso la Comisión para la Seguridad de los Productos de Consumo de los Estados Unidos (CPSC, siglas en inglés) ordenó que sin excepciones que fueran retirados del mercado, por no cumplir con los reglamentos de seguridad mínimos.
En este sentido, también el destaca el caso de las baterías del Samsung Galaxy Note 7, que costaron miles de millones en pérdidas para la empresa.