Hace unos días vi el encabezado de un artículo en la revista El País dominical que decía “Muera el ‘hipster‘, larga vida al ‘twee‘”. ¿Muera el hipster? ¿Ya de plano están olvidando a toda esa tribu urbana? ¿Y ahora a quién tendremos con un pensamiento independiente y escuchando música no comercial?
¿Y ahora quien rechazará el consumismo desmedido y se apartará de las modas del momento? (Aunque se vistan, peinen y tengan barba y bigote a la “moda hipster”. Contradictorio, eso si).
Pues ya tienen quien tome su lugar. Una nueva tribu urbana que está creciendo poco a poco y que marcará, tarde o temprano, la moda del momento, tal como lo hicieron los hipsters, emos, geeks, grunges, góticos (que eran/son muy “darks”), punks, hippies, raperos, indies, rastas y skatos, solo por mencionar algunos.
La nueva tendencia de los jóvenes ya está aquí. Son los twees.
El periodista y escritor catalán Use Lahoz, los define de la siguiente manera:
“Los twees no tienen capacidad para la maldad, pero es inevitable que sean anti-hipster y detesten lo cool. El conflicto que se avecina promete… los hipsters se creen intelectualmente superiores, no poseen conciencia ecológica o salen sin freno por las noches, mientras que un twee visita a menudo a su abuela, recicla, mantiene los vínculos con su infancia, no es cruel, respeta a los geeks, protege a los nerds, pasea en bicicleta”.
Pues si, estos twees me suenan como los “hijitos buenos” de los hipsters que seguirán la tradición de sus antecesores y que en materia de moda en el vestir, en la música y en el consumo marcarán una época importante. Que igual durará pocos años para dejar su lugar a una nueva tribu.
Por lo pronto, tal como lo señala Lahoz, es un movimiento que arrasa en Estados Unidos, con jóvenes simpáticos, educados, comprometidos, sensibles y nada engreídos. Consumidores de cervezas locales, galletas artesanales, mermeladas caseras, estética aniñada, cine de culto y cuidadores “mimosos” de animales.
Y no vienen solos. Hay personalidades que están con esta corriente y que van difundiendo su imagen a través de los medios a los que acude su público. Zooey Deschanel, Ashton Kutcher, Jake Gyllengaal, Adam Levine, Ryan Gosling y Diego Luna siguen esta moda.
La música está presente en esta tendencia y se identifica como twee pop con grupos como Beat Happening, las japonesas Shonen Knife, Talulah Gosh o The Gentle Waves.
El twee entonces es ya un nuevo estilo de vida. De acuerdo a Mark Spitz (el periodista, no el medallista olímpico de natación) en su libro “Twee: the gentle revolution in music, books, televisión, fashion and film”, twee es un fenómeno cultural que mira al futuro con un ojo puesto en el pasado y que actúa como un gas que todo lo contamina: música, cine, moda, gastronomía, arte… “Observo con sorpresa cómo Brooklyn, epicentro twee por excelencia, está ayudando al mundo a convertirse en un lugar más amable y cercano. Se trata del movimiento más importante desde el hip-hop o el punk, y eso que tampoco hablamos de algo realmente novedoso. El twee lleva medio siglo en estado latente” ¡¿Medio siglo?! ¿y dónde estaban metidos?
De acuerdo a la reconocida revista GQ, a diferencia de otras tribus urbanas, un corte de pelo determinado no es suficiente para pertenecer a esta casta, sino demostrar ante quien proceda un amor desmedido por la cultura. Ésa es quizás la diferencia más notable entre el hipster y el twee.
El consumo de moda cambia y estará relacionado con referencias culturales como Disney, el escritor J.D. Salinger, el grupo Vampire Weekend, la actriz Tavi Gevinson o la guionista, directora y actriz Lena Dunham. (¿han visto la serie “Girls”? Por ahí va la cosa).
Ya veremos aquí en México, dentro de muy poco tiempo, como reacciona el mercado frente a esta nueva tendencia. Y si, aparte de Diego Luna, quiénes de nuestras personalidades mediáticas se sube al carro.
¿Mi pronóstico? Los sitios de visita y de consumo de los hipsters serán invadidos por los dulces, simpáticos y educados twees.
No, no es un capítulo de Game of Thrones, es la sustitución de una subcultura urbana por otra. Y así seguiremos, hasta el fin de los tiempos. Y colorín colorado, una tribu se ha acabado