Te levantaste hoy en la mañana. Abriste la llave de la regadera para bañarte. ¿Qué rico, no?
Unos cuantos minutos para sentirte fresco, limpio, y estar preparado para las actividades diarias. Como clásico anuncio de jabón, con modelo sonriente, lleno de espuma y chorros de agua, en una celebración, mientras escuchamos el jingle: “… Te vuelve a la vida, porque sí limpia y limpia y refresca…”.
Una actividad que hacemos día a día. Es una costumbre, donde ya damos por hecho que en cuanto le demos una vueltita a la llave del grifo, saldrá, en automático, el agua para cubrir nuestras necesidades de higiene, para calmar nuestra sed, para preparar nuestra comida…
Pero no paramos unos segundos para reflexionar en nuestro privilegio, que tenemos muy pocos, al tener disponibilidad de agua en la cantidad que necesitemos y en cualquier momento.
Eso, supongo que ya lo saben, ya no sucederá dentro de poco tiempo, pues el recurso y su acceso al mismo está por extinguirse, tanto en cantidad como en calidad.
Aunque algunos cabezas huecas (en respaldo a su “emperador” con las mismas capacidades intelectuales) nieguen que haya una crisis de agua que derive en el Día Cero y que digan que es una estrategia para imponer miedo y generar pánico.
Además de proponer la exploración de pozos para abastecer de agua a la población (agua de los mantos acuíferos que, por cierto, ya están sobreexplotados y que debían ser para “agua del futuro” que ya no será, además de que mientras el cambio climático empeora, las reservas de agua subterránea serán cada vez más críticas para el acceso a agua potable y segura). Decisiones absurdas y peligrosamente ignorantes.
Hoy, que es el Día Mundial del Agua, es más que una fecha a conmemorar cada 22 de marzo; es un recordatorio de la importancia de este recurso para la vida en nuestro planeta. En un momento en que la crisis del agua está en aumento y millones de personas carecen de acceso a agua potable y saneamiento básico, es fundamental que tomemos medidas urgentes para preservar y gestionar este recurso de manera
sostenible.
En esta situación, los especialistas en mercadotecnia y comunicación social tenemos un papel crucial para crear conciencia y promover acciones significativas en todos los niveles de la sociedad.
La seguridad alimentaria, el desarrollo económico y el bienestar de las comunidades está en juego y debemos promover que las empresas para las que trabajamos, nuestros clientes, tomen decisiones claves en cuanto a conciencia del uso del recurso y en la manera de como lo utilizan en sus procesos de producción. Más allá de “vender” productos o servicios, desempeñamos un papel crucial en la conciencia de la población. No educamos, pero si podemos incidir en su conducta y sus hábitos de consumo. Tenemos el poder y la oportunidad de fomentar un mayor conocimiento sobre temas como la conservación del agua, la reutilización de recursos y la adopción de prácticas más sostenibles en el hogar y en el trabajo.
Ya debe ser uno de nuestros objetivos, como profesionales en la materia, influir en los comportamientos de las empresas, los gobernantes y los responsables de administrar los recursos hídricos. Aboguemos, desde nuestra cancha, por políticas y acciones que promuevan una gestión responsable del agua y la adopción de
tecnologías más eficientes y sostenibles.
Trabajemos más en estrategias de marketing verde y programas de responsabilidad social corporativa, destacando el compromiso de las empresas con la conservación del agua y alentar a los consumidores a apoyar a aquellas marcas que se comprometen con prácticas sostenibles. No Greenwashing.
Un buen ejemplo lo está dando IKEA en España, al repartir más de 11 mil boquillas para grifo (en Cataluña, Andalucía y la Comunidad Valenciana) que permitirán reducir hasta un 95% el consumo de agua en casa. Estas boquillas permiten un ahorro de hasta 22,157 litros al año por cada hogar.
Esta acción se suma a sus procesos internos, coherentes con la causa y con una filosofía de empresa sustentable, al implementar en sus tiendas medidas específicas como la monitorización mensual del consumo de agua, optimización de su uso en todos los sistemas, aprovechamiento de agua de lluvia, grifos aireadores y temporizadores incorporados, entre otras acciones.
Hagamos hoy una llamada de atención hacia medidas urgentes para preservar y gestionar adecuadamente nuestros recursos hídricos. Busquemos, en el campo que nos toca, ser agentes de cambio activos por un futuro inmediato en el que todos tengamos acceso al agua. No lucrando con causas sociales (que de esos ya hay muchos sinvergüenzas), sino realmente ocuparnos por la gente y practicar el compromiso que tenemos con la sociedad y por el cual juramos cuando nos titulamos.