La ONU, la FAO, la Unión Europea, el G7 (conformado por los 7 países que concentran casi el 65% de la riqueza mundial), la Organización de Estados Americanos (OEA) entre otros grupos relevantes a nivel global, comparten dos características fundamentales: diversidad en el perfil de cada uno de sus integrantes y la identificación de un fin en común, lo cual los define como aliados.
Estas uniones no necesariamente permanecen inmóviles a través del tiempo, sino que evolucionan en la medida que lo hace su política interna, la visión de sus líderes, así como por las necesidades que van surgiendo en su entorno socio-político.
Así entonces, en este espacio he tenido el privilegio de contarle la visión del Marketing Agrícola y la manera de interactuar con los distintos stakeholders dentro de las organizaciones con quienes habitualmente conectamos, tal como el equipo de ventas, los extraordinarios asesores técnicos, qué decir de los científicos, sin olvidar áreas de producción, finanzas o distribución.
Todos en conjunto, definitivamente tenemos al cliente como nuestra más alta prioridad y nuestro compromiso es atender sus necesidades mediante soluciones que en tiempo y forma, sumen a mejorar su vida, así como estar al tanto de las dinámicas comerciales, económicas y sociales que impactan su gran labor.
Pero he de confesarle, querido lector, que a pesar de la existencia de aliados externos a la organización que facilitan la gestión del cliente e independientemente de su nivel de compromiso con los mismos, no todos son capaces de comprender su impacto. Entonces aquí un cuestionamiento: ¿en realidad los aliados están en las buenas y en las malas?
LA FUERZA DE LA UNIÓN
El éxito tiene muchos padres y el fracaso es huérfano, reza un dicho popular y es por esa lógica de comportamiento, que la manera de acompañar las iniciativas que se generan en favor de nuestro peculiar mercado, son tan diversas y por ello es que aquí le presento a algunos de nuestros más relevantes socios en el campo.
Asociaciones de agricultores: Conectar entre personas o entre grupos, es una cosa muy diferente a construir acuerdos con asociaciones que, dicho de un modo concreto, son conglomerados de varios grupos de productores que, con independencia a su tamaño o capacidad de influencia, adquieren voz y visibilidad gracias a esta figura. Y es con ellas, las asociaciones, que se pueden “leer” necesidades de mejor manera, incluso a agrupar los desafíos y las soluciones requeridas para cada bloque de problemas.
Las asociaciones de agricultores presionan, empujan e incomodan en un sentido positivo tanto a entidades de gobierno como a proveedores de insumos, comercializadores o a cualquier otro miembro de la cadena productiva que pudiera potencialmente frenar las oportunidades de éxito de sus agremiados.
En conclusión, las asociaciones representan por su empuje y esencia, un valor agregado para llegar de manera acelerada a los objetivos de la comunidad a la que pertenecen principalmente porque tienen sentido de urgencia que los distingue.
La competencia: Si, lo sé, suena raro y aunque no parece intuitivo, esta relación puede tener tintes muy positivos y puede constituirse como el impulso más inteligente para toda una industria pues reposa en la madurez y capacidad de extender lazos con nuestros antagonistas por definición, donde se antepongan los beneficios de nuestro mercado, se discuta la viabilidad hacia futuro y donde prive el respeto y el apego a la legalidad y a la libre interacción entre compañías.
Estos tratos, escritos o no, privilegian la idea de brindar una mejor solución al agricultor ante la búsqueda de su prosperidad y si bien la disputa comercial sigue su curso normal, el contacto entre líderes de las organizaciones o áreas funcionales, puede ayudar a construir puentes conjuntos que ofrezcan una moderna visión de un negocio a largo plazo.
No es raro que usted encuentre foros donde participen Directores Generales de compañías agrícolas que, mientras por un lado luchan por merecer la preferencia de los clientes en pleno surco, sea factible que los unan mensajes transformacionales que impacten la dinámica de negocio.
Los medios de comunicación: Me encanta conversar con representantes de la prensa, participar en seminarios que son cubiertos por estaciones locales de radio o concertar alguna cita con comunicadores cuyos sitios de internet abordarán los temas que traemos a la mesa a través de lanzamientos de producto, conferencias magistrales entre otros esfuerzos.
Donde la alianza comienza a rendir frutos es cuando somos capaces de explicarle al público en general, que la agricultura es mucho más que hablar del campo, semillas, tractores o agroquímicos, sino que fácilmente podemos formar parte de la conversación de los negocios, la tecnología y la digitalización.
La labor agrícola debe salir del perímetro imaginario de una hectárea pues su impacto en el reto de alimentar a las futuras generaciones es altísimo y en ese contexto, esto es atractivo para los medios de información que puedan difundir historias exitosas del campo y hablar paralelamente de innovación, modernización de la agricultura y un nivel significativo de avance en nuestro país del que no todos saben y que poco a poco nos ubica como un país de vanguardia.
El Gobierno: En entrevista para un periódico nacional y en el marco del lanzamiento de un producto, mi interlocutor preguntaba con una aseveración de por medio: “qué piensa de la negativa del gobierno ante las propuestas de la iniciativa privada en el campo”. Ese arranque es por demás atractivo para vender la nota, pero la respuesta fue no, no es el gobierno (actual, anterior o futuro) la entidad que se contrapone a los intereses de las organizaciones solo por naturaleza.
Hay probablemente visiones contrapuestas en algunos aspectos del negocio, pero indudablemente el desarrollo económico del sur del país, el acceso a nuevas tecnologías y la obtención de financiamientos, son solo algunos ejemplos de puntos de convergencia.
El orden de prioridad que pueden tener los presupuestos de una empresa en contraste con los desafíos que un gobierno quiere atender en primer lugar, no necesariamente implican un desencuentro sino una oportunidad para profundizar en las razones por las cuales no se atienden las causas raíz que limitan el progreso de la agricultura en nuestro amado México.
La transparencia como bandera y bajo el precepto de mantener un debate informado, son buenos mecanismos para mantener una escucha activa y un diálogo que promueva el avance económico de la agroindustria en el país.
Si bien la alianza existe, el gobierno debe resolver aquellos aspectos que son su exclusiva responsabilidad como la agilidad regulatoria que permita incrementar la competitividad del campo mexicano, atender la inseguridad y ser un facilitador para que la tecnología se democratice porque los otros miembros del negocio, le aseguro, estamos listos.
Sembrando reflexión
Las alianzas suponen visiones con matices donde el blanco y negro son extremos que no abonarán ni a la prosperidad ni al desarrollo de personas, comunidades o países sino mantienen flexibilidad, empatía o la priorización de lo que el cliente necesita.
Este es un tema apasionante que le invito a seguir comentando en @soyjuanbecerril en Twitter, Facebook e Instagram mientras tanto hay que seguirnos cuidando y nos encontramos la semana entrante en este espacio.