Fiel a mi idea de que hablar acerca de los derechos de las mujeres no debe ser privativo del mes de marzo, he publicado algunas entregas relacionadas con este tema en otros momentos del año, como fue el caso de las columnas Nadie como ellas: Mujeres en el campo y Mujeres, agricultura y marketing y a través de la creación de contenido con la iniciativa CHINWoman, mujeres exitosas cuyo objetivo es visibilizar las historias de lucha por destacar en un entorno que antepone ciertas barreras a razón del género.
Dado que esta edición de mi columna particularmente coincide con el 8 de Marzo, fecha en que se conmemora el día internacional de la Mujer, me permito compartir algunas reflexiones y propuestas que contribuyan a cerrar esas brechas desde la postura del AgroMarketing.
ROMPIENDO ESTEREOTIPOS Y CERRANDO BRECHAS
A) Comunicación sin mujeres
Si usted no está relacionado con la agricultura, le pido que piense en el campo y en quienes lo trabajan. Estoy seguro que la primera imagen que le viene a la cabeza es la de un hombre de mediana edad, con la piel marcada por las huellas del sol, entrecano, con bigote y sombrero y lo sé porque por años he visto los resultados de focus groups y mucha retroalimentación relacionada a la manera en que se percibe al mercado.
Si el AgroMarketing tiene la enorme oportunidad de reflejar las distintas realidades de la agricultura, entonces ¿por qué no vemos frecuentemente imágenes que incluyan a la mujer como una protagonista de la dinámica agrícola si actualmente hay cientos de ingenieras atendiendo agricultores, distribuidores y autoridades, derrochando talento en el surco y liderando múltiples equipos comerciales?
El miedo a pensar que esto no va a funcionar, porque nuestro mercado es aparentemente más cerrado e incluso machista, es la principal barrera para no hacerlo y a mis colegas les recuerdo que colocar imágenes de agricultoras durante la semana del 8M, no tiene mérito, pero hacerlo el día del Ingeniero Agrónomo o el agricultor, sería un verdadero rompimiento de los estereotipos…¿se dan cuenta? esas fechas icónicas no están adaptadas a ambos géneros.
B) No creo en las cuotas de género
El talento está en mujeres y hombres por igual y buscar deliberadamente que haya un balance en la llegada de candidatas en la misma proporción que candidatos, está bien si por ejemplo vemos que la mayoría de los miembros de un equipo son varones, pero esta acción puede resolver superficialmente la situación si no somos enfáticos en encontrar la causa raíz.
Por ejemplo, tenemos la gran oportunidad de contribuir en la atención de estas causas como el síndrome del impostor, “un trastorno psicológico en el cual las personas exitosas son incapaces de asimilar sus logros”, tal como lo consigna el portal Michael Page y que se complementa perfecto con el estudio de KPMG que arrojó que el 75% de las mujeres, sin importar la industria en la que se desempeñen, han sido afectadas por este padecimiento.
Entonces, ¿cómo le entramos a la solución? Déjeme le comparto una anécdota para ejemplificar.
Hace un año, tuve la oportunidad de ser parte del grupo de mentores para apoyar justamente a las mujeres de la organización para la que prestaba mis servicios y una de las participantes del programa, me hizo saber que había una posición a la que deseaba aplicar y desde mi óptica, cumplía a cabalidad con lo que el rol requería, pero su autopercepción le provocaba temor a ser rechazada y me pidió le ayudara a encontrar razones para participar en la búsqueda de esa nueva responsabilidad.
Juntos analizamos por qué no hacerlo, qué perdería y en realidad solo requería un impulso para encontrar en sí misma la capacidad que era más que evidente que poseía y finalmente se decidió a inscribirse.
C) La equidad es una lucha de todos
Ser aliado de las mujeres, quienes por cierto son el único grupo discriminado en México que no son minoría, de acuerdo con la CONAPRED, no es una moda o un favor, sino una necesidad que se basa en la consciencia de que los espacios se deben abrir indistintamente de nuestro género.
En una conversación que tuve con Geo González, una destacada cronista deportiva (esté usted pendiente de mi canal de Youtube), decía que todos debemos pasar la prueba del WhatsApp, que consiste en revisar nuestros memes y fotografías para saber si estamos “limpios” de contenido machista o sexista. Incluso piense cuál es su reacción cuando escucha que alguien dice: “no se sabe estacionar, seguro es una chava”, incluso dicho por otras mujeres.
Desde ahí se deben romper esos comportamientos que hemos normalizado, así como en el campo se discrimina “sin querer queriendo” a mis compañeras como si su conocimiento técnico como agrónomas, financieras, mercadólogos o gerentes comerciales, estuviera sujeto a su condición de mujer y sin ánimo de pelear, (porque no necesitamos más violencia) lo invito a no guardar silencio y a dejar de ser condescendiente con esas prácticas que, si bien son culturales, pueden y deben cambiar.
SEMBRANDO REFLEXIÓN
Nunca he sido un columnista incendiario, pero deseo de todo corazón que estas reflexiones le hayan generado alguna incomodidad, le hagan sentir que algo no anda bien o al menos, reconocer que su participación es clave para hacer que nuestra sociedad, más allá del campo o del marketing, sufran una verdadera transformación que nos permita evolucionar hacia ese día en el que una mujer pueda caminar sola por la calle sin la menor preocupación de ser acosada, que pueda formar parte de un grupo directivo sin ser cuestionada y que podamos eliminar tantos sesgos incon