La tensión entre México y Estados Unidos es creciente. Los dos temas más relevantes entre ambas naciones, por ahora, son el muro fronterizo y la renegociación del TLCAN.
Donald Trump firmó este miércoles una orden ejecutiva para iniciar la construcción del muro en la frontera, y provocó que Peña Nieto diera un mensaje a la nación donde volvía a reiterar su negativa en pagar la construcción, cuyo costo se estima en más de 10 mil millones de dólares (mdd).
Como tal, la estructura física que se pretende construir al norte del país podría no tener efectos reales en la logística de las empresas que operan en ambos mercados. A diario cruzan la frontera cerca de 300 mil vehículos y 15 mil camiones transportistas. Según el reporte del Estado de la Frontera del Centro Wilson, el intercambio comercial en la frontera asciende a mil millones de dólares diarios. Todo este flujo se realiza por 40 puntos de cruce legales existentes hasta el momento.
El impacto real de esta propuesta -que cada vez se perfila como una realidad- para las empresa está en su significado. La imagen del muro tiene una connotación que pone en riesgo la convivencia e integración comercial entre Estados Unidos y México, en una zona geográfica que desde hace varios años es entendida como una región interdependiente económicamente, con fuertes vínculos culturales que resultan en relaciones comerciales importantes para empresas tanto nacionales como americanas.
La declarada construcción del muro acentuaría casos como el de Ford. El tema no será específico en la frontera; las marcas que operan incluso sólo en el centro tendrían que reaccionar ante el significado del muro.
La responsabilidad de llevar estas coyunturas a buen puerto estará en las agencias de relaciones públicas, empresas que deberán funcionar verdaderas conciliadoras en un entorno polarizado.
Impuesto por el actual presidente de Estados Unidos, el campo de batalla de estas confrontaciones y sus implicaciones para las empresas está en el entorno mediatice y de la comunicación. Regresando al caso de Ford, su error per sé no estuvo en cancelar sus inversiones en México; la empresa reaccionó de manera natural a las nuevas reglas de su mercado. Los impactos negativos ante las decisiones fue consecuencia de una estrategia de comunicación poco clara, que no dio argumento sólidos a los consumidores que explicarán su decisión sin afectar su imagen cuando menos en lo que a México ocupa.
De igual manera, el gobierno mexicano tendrá que reforzar sus estrategias de comunicación a favor de fortalecer su marca país. La imagen de los políticos en México no es positiva en su mayoría. De hecho, un estudio Edelman Trust Barometer 2016 reveló que 35 por ciento de la población de América Latina no cree en las acciones de los políticos.
Las entidades de gobierno tendrán que mejorar la comunicación tanto de manera local como global para frenar los impactos negativos que la construcción del muro podría tener en la imagen de la marca país.
Bajo este entendido, la demanda de agencias de relaciones públicas estratégicas crecerá de manera importante en el país. De acuerdo con el último Ranking de agencias de relaciones públicas elaborado por Merca2.0, durante 2015, la inversión en este tipo de servicios creció 2,18 por ciento para alcanzar un presupuesto total de 1,837 millones de pesos.
Los acontecimiento que se avecinan podrían ser motor para impulsar estos números. Está en manos de las agencias del rubro entender las demandas que el entorno comunicacional actual demanda, en donde informar antes que sólo comunicar será la premisa que tendría que ser protagonista.