La industria restaurantera se ha visto envuelta en escándalos referentes a la procedencia de los alimentos que ofrecen, los cuales llegan a determinar las decisiones de consumo del cliente, al mismo tiempo en el que le proveen a la compañía de una mala imagen.
La Camara Nacional de la Industria de Restaurantes y Alimentos Condimentados (Canirac) revela que la industria restaurantera a nivel nacional representa el 1.4 por ciento del Producto Interno Bruto del país, y el 13 por ciento del PIB turístico. En consecuencia se convierte en un sector de gran crecimiento, pues tan sólo en el año 2011 registro ingresos a causa de ventas superiores a los 180 mil millones de pesos.
Sin embargo, no todo es favorable para dicha industria, ya que diferentes establecimientos han estado envueltos en rumores sobre la sanidad de sus alimentos, ejemplo de ello es el caso KFC cuando un guardia pidió tres ordenes de pollo y encontró una con forma de roedor, así como investigaciones realizadas a McDonald’s por evasión fiscal en Europa y el caso Volkswagen con la manipulación de sus motores.
Al considerarlo, estudios de Ipsos, proyectados por Statista, revelan que uno de los escándalos que más toma en cuenta al momento de determinar en dónde comer, son aquellos que tienen relación con el origen de los alimentos, pues es indicado por el 97 por ciento de los encuestados.
Asimismo, el 71 por ciento señala que un escándalo dentro de dicho sector ocasiona que otras firmas y productos de la compañía obtengan una imagen negativa, pese a que no estén incluidos en el caso, aunado a un 57 por ciento que prefiere darle oportunidad a otras marcas y prescindir de la que tiene el problema.
Por último, se afirma que un 44 por ciento pensaría seriamente en recomendar los productos de determinada compañía, lo cual funciona como publicidad boca en boca, una de las más efectivas en el mercado.