Para que una compañía aseguradora tenga solvencia en los productos que tiene por vender, además de una buena relación con los clientes, in importar los desafíos debe tener una buena calificación de riesgo por parte de las calificadoras.

Las estrategias de mercado de las compañías aseguradoras partirán de lo bien o mal rankeadas que estén, después de una personalización de servicios y el establecimiento de un plan, que implica una combinación de productos, ya sea convencionales, tradicionales, nuevos, entre otros.

La calificación de riesgo es aquella que observa y señala el estado de la aseguradora o afore, es decir, una buena calificación es sinónimo de que la aseguradora tiene finanzas sanas, y si tiene una calificación negativa es que tiene insolvencia para realizar pagos, compras, y muy probablemente una muy mala atención con los consumidores.

Las calificadoras tienen códigos para calificar el estado financiero de las aseguradoras. Si la calificación es AAA significa que la compañía está en plena forma para realizar pagos y coberturas, si tu aseguradora tiene AA- o A, quiere decir que la empresa es vulnerable, aunque contratar seguros continúa siendo fiable.

Las firmas que tengan BBB o menor significa que tiene condiciones económicas adversas, y que incluso podría verse afectada la capacidad de cumplimiento con sus consumidores. Como consumidor puedes realizar cotizaciones personalizadas con la compañía aseguradora sin ningún costo.

El año pasado, la Comisión Nacional para la Protección y Defensa de los Usuarios de Servicios Financieros (Condusef) impuso multas por 370 multas, cuyo monto ascendió a los 9.9 millones de pesos, debido a las 32 mil 576 quejas de los usuarios.

Entre las aseguradoras que más causaron quejas están, Metlife, BBVA Bancomer, GNP, Quálitas, mientras que las mejor rankeadas por los consumidores fueron Mapfre, Tepeyac, al recibir una calificación 9.49 de 10.

Otra de las estrategias de mercado de las aseguradoras es medir la efectividad de sus planes de acercamientos con los clientes, es decir, recabar datos cuantitativos, donde consumidores expresen sus opiniones. Concretamente, con dicha estrategia, la compañía comunica a sus potenciales clientes que es todo oídos, de tal modo que los comerciantes de seguros agilicen y mejores el trato con los clientes.