• Entre los modelos que va a retirar Aeroméxico, se cuentan Embraer E-170LR, Boeing B737-700W y Boeing B737-800W

• De sus 126 aviones, la aerolínea mexicana solamente es la única propietaria de 25 aeronaves, el resto están arrendadas

• Según El Imparcial de Oaxaca, por sus problemas financieros, esta aerolínea ya vale menos en la bolsa que Volaris

Como en otros países del mundo, muchas empresas en México están pasado por un punto muy complejo en su negocio por culpa de la crisis de la pandemia. Pero al contrario de otras naciones y gobiernos, las autoridades en la República se han negado a proporcionar alguna ayuda económica a los negocios, en especial los más grandes. En este sentido, varias marcas han tenido que tomar decisiones difíciles para sobrevivir. Un ejemplo de ello es Aeroméxico.

Según Forbes, la compañía acaba de anunciar que se deshará de 23 de sus aeronaves. En concreto, solicitó que se cancelaran los contratos de arrendamiento de 10 de sus aviones bajo su negocio principal y otras 13 en su línea de bajo costo, Connect. Esta decisión se toma por el proceso de reestructura de negocio que Aeroméxico comenzó al solicitar la bancarrota en los Estados Unidos (EEUU). En un comunicado, explicó el por qué detrás de esta operación.

Para Aeroméxico, estos 23 aviones representaban un “equipo en renta en exceso que no se ajusta más en su plan de negocios”. En esta explicación de motivos, la aerolínea mexicana dijo que nunca había hecho una solicitud similar antes. Apunta que tampoco se le han rechazado peticiones a otras empresas del ramo, como Latam Airlines. Entre los modelos que se dejarán de usar a futuro, se encuentran varios vehículos diseñados por las marcas Embraer y Boeing.

Consecuencias para Aeroméxico

Esta compañía no es la única aerolínea (o empresa del sector aeronáutico) que está pasando por un proceso de reestructura. Similar a Aeroméxico, Boeing decidió que dejaría de producir el emblemático 747, debido a la baja demanda. Por su lado, Air France dijo que iba a despedir a siete mil 500 personas, a pesar de haber recibido un rescate del gobierno. También GE dijo que iba a aplicar un recorte parecido, pero mucho menos numeroso a su división Aeronautics.

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Hay que volver al caso de Aeroméxico. ¿Qué significa para la compañía el reducir el tamaño de su flota? Directamente implica que tendrá que limitar en una buena fracción la cantidad de rutas y viajes que ofrece a los consumidores. Claro, comparado con el total de sus vehículos, se trata de un recorte de solo el 20 por ciento de las unidades. Sin embargo, si podría implicar que se dejen de ofrecer algunos horarios, tal vez incluso ciertas rutas, para toda la comunidad.

Por otro lado, hay que recordar que la baja en los viajes por avión se ha disminuido por mucho más que un 20 por ciento. Ahora solo no hay una demanda suficiente para que Aeroméxico pueda justificar tener tantos aviones sin usar. Y no es rentable solo guardarlos porque se cree que el mercado todavía tiene varios años para poder por fin recuperarse. Bajo el esquema de arrendamiento, implicaría solo gastos adicionales. Así que lo mejor es sacarlos de la escena.

Una lección para otras empresas

Como Aeroméxico, varias empresas han empezado a recortar sus actividades comerciales. Desde antes de la pandemia, Renault había anunciado que iba a salirse de China, el mayor mercado de automóviles del mundo, porque había demasiada competencia. GM mató ya a dos marcas desde que empezó la crisis sanitaria, en un esfuerzo por enfocar su negocio. Y Nissan decidió abandonar su fábrica en España para hacer frente a la baja demanda a futuro.

Las lecciones de estas marcas en el contexto de la pandemia y su crisis económica son claras: lo más importante ahora para Aeroméxico y cualquier compañía en problemas es enfocarse. De acuerdo con Six Sigma, muchas marcas están apostando por un modelo de simplificación. En datos del Foro Económico Mundial (WEF), es crucial un rediseño total de las operaciones. Y Purchase Control apunta que al centro de toda esta filosofía, está el querer reducir los costos.