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El AICM se encuentra en la posición número 26 del ranking de los 50 aeropuertos más importantes del mundo.
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El AICM debe pagar alrededor de 200 millones de dólares al año para cubrir la deuda que se tiene con bonistas internacionales tras la cancelación del aeropuerto de Texcoco.
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El nuevo recorte en el AICM ya fue publicado en el Diario Oficial de la Federación (DOF).
La reducción de operaciones por hora en el Aeropuerto Internacional de la Ciudad de México (AICM) afectará a líneas aéreas, pasajeros, gobierno y a la autoridad de aviación, así lo asegura Juan Carlos Machorro, Socio de Santamarina + Steta.
La medida dictada por la Agencia Federal de Aviación Civil (AFAC) contempla fijar el máximo de aterrizajes y despegues de 52 a 43 por hora, una reducción del 17 por ciento. Dicho recorte entrará en vigor a partir del 29 de octubre con el objetivo de aliviar la saturación del principal aeropuerto del país, el cual transporta a 46 millones de usuarios al año.
“Es muy preocupante para la operación de las líneas aéreas, esto va a golpear de frente los planes de operación de las líneas aéreas mexicanas, comenzado por Aeroméxico”
Si retrocedemos en la historia, desde el 2014 la autoridad de aviación civil declaró congestionado el campo aéreo, limitando a 61 el número de operaciones por hora, mientras que en 2022 se llevó a cabo un recorte de 9 slots por hora, dejando un tope de 52 aterrizajes y despegues.
“El 90 por ciento de las reducciones del año pasado le pegó directamente a Aeroméxico”
De acuerdo con estadísticas de la página oficial del AICM, tan sólo en julio se registraron más de 4 millones de pasajeros entre vuelos nacionales e internacionales.
“Lo que hacen las líneas aéreas es aumentar la capacidad de los aviones que utilizan para seguir con sus rutas”
En el último año el gobierno ha redoblado esfuerzos con el fin de descongestionar el aeropuerto, en febrero de 2023 un decreto terminó con los vuelos de carga del AICM, trasladándolos al Aeropuerto Internacional Felipe Ángeles (AIFA). Mientras que a principios de agosto el AICM rescindió los contratos que le permitían a Aeroméxico operar en la terminal 1, medida que obligó a la aerolínea a mudarse a la terminal 2.
Por su parte, Volaris hizo un llamado al diálogo y a la búsqueda de soluciones consensuadas junto con los distintos participantes de la industria, con el fin de evitar que sea vea comprometida la conectividad dentro del país y con el resto del mundo.
Para esta aerolínea cualquier medida que implique una disminución de la capacidad debe ajustarse estrictamente a los estándares y las mejores prácticas internacionales. “Esto implica la necesidad de llevar a cabo estudios con un alto nivel de rigor técnico, mantener una comunicación abierta y colaborativa, garantizar la equidad y evitar cualquier forma de discriminación en la implementación de estas medidas. Además, es esencial contar con un período de ajuste suficiente para minimizar los efectos tanto en los clientes que ya cuentan con un vuelo próximo, como en la conectividad del país”, así lo reiteró Volaris a través de un comunicado.