El desplome de los precios del petróleo parece incontenible y sus efectos negativos se pueden observar en todas partes. Miles de empresas dedicadas a la producción o procesamiento de energía, incluyendo a Pemex, han parado o pospuesto inversiones y decenas de miles de personas han perdido sus empleos.
Tan sólo esta semana nos enteramos de que un barril de petróleo mexicano cuesta ya menos de treinta dólares, algo que parecía impensable hace relativamente poco tiempo, cuando su precio superaba los 100 dólares por barril.
Pero estas no son malas noticias para todos. La Asociación Internacional de Transporte Aéreo (IATA) dio a conocer que gracias a los bajos precios del crudo, las 260 aerolíneas afiliadas a la IATA, que representan el 83 por ciento del tráfico aéreo global, alcanzarán niveles récord de ganancias por 36 mil 300 millones de dólares durante 2016, frente a los 33 mil millones de dólares que lograron ingresar durante 2015. La mitad de esas ganancias, dice la IATA, provienen de firmas norteamericanas.
Las ganancias obtenidas este año superan las expectativas de la industria por casi 4 mil millones de dólares. Y es que pese a que el desplome de los precios de los combustibles no se reflejó inmediatamente en las tarifas aéreas, los viajeros internacionales comenzaron a sentir un leve descenso en los precios de los boletos de avión a mediados de este año, con lo cual existe un incentivo para viajar más. De acuerdo con la Oficina de Estadísticas y Empleo de Estados Unidos, en agosto de este año los precios de los boletos habían bajado un 5.6 por ciento, que puede parecer poco, pero se trata de la mayor cifra de abaratamiento en dos décadas.
Es fácil saber a dónde va a caer todo ese fresco dinero. De acuerdo con datos de Forbes recopilados por Statista, las mayores aerolíneas del mundo en términos de ingresos son: Delta Air Lines, Lufthansa, Continental Holdings y Air France-KLM.