Tupperware Brands, la famosa empresa de contenedores para alimentos, llegó a un punto crítico en su historia tras solicitar la protección por bancarrota del Capítulo 11 en Estados Unidos.
Esta decisión marca el fin de una era y plantea importantes interrogantes sobre el futuro de la compañía. A continuación, te explicamos en cinco puntos clave cómo Tupperware llegó a este escenario.
1. La caída de Tupper
Durante décadas, Tupperware fue sinónimo de almacenamiento doméstico y reuniones sociales. En los años 50, las famosas “fiestas Tupperware” fueron un símbolo del empoderamiento femenino y una revolución en la venta directa. Sin embargo, con el paso de los años, la competencia y los cambios en los hábitos de consumo minaron su posición dominante en el mercado.
2. Competencia y sostenibilidad: el golpe fatal
Uno de los factores más críticos en la caída de Tupperware fue la competencia de productos más baratos y sostenibles. Las empresas rivales, que comenzaron alternativas más ecológicas, captaron a los consumidores conscientes del medio ambiente, una tendencia que la marca no supo capitalizar a tiempo.
3. Las red flags de la quiebra
Desde 2020, la compañía había emitido señales de alerta sobre su precaria situación financiera. A pesar de los esfuerzos por mantener su actividad, los problemas de liquidez aumentaron y la empresa se vio obligada a negociar con sus acreedores.
Uno de los principales factores detrás de la solicitud de quiebra fue la abrumadora deuda de Tupperware, que asciende a más de 700 millones de dólares. Esta deuda proviene de años de dificultades financieras, incremento de costos y disminución de ventas. A pesar de haber intentado reestructurar sus deudas en 2023, no logró revertir la situación.
En los documentos de bancarrota, Tupperware declaró tener entre 500 y 1,000 millones de dólares en activos. Sin embargo, esta cifra no fue suficiente para cubrir su pasivo.
Por el lado de los pasivos, Tupperware informó tener entre 1,000 y 10,000 millones de dólares en deudas y obligaciones financieras. Esto abarca préstamos bancarios, pagos pendientes a proveedores, y otras responsabilidades con acreedores, los cuales suman de 50,001 y 100,000.
4. El impacto de la pandemia: un breve respiro
Curiosamente, la pandemia de COVID-19 dio a Tupperware un respiro temporal. Con millones de personas cocinando en casa, la demanda de contenedores para alimentos aumentó. Sin embargo, este impulso fue efímero, y las ventas volvieron a desplomarse cuando las restricciones se levantaron.
5. Capítulo 11: el último recurso
El pasado martes, Tupperware solicitó la protección bajo el Capítulo 11 en un intento por reorganizar sus finanzas y facilitar un proceso de venta.
El Capítulo 11 es una sección del Código de Bancarrota de Estados Unidos que permite a las empresas en dificultades financieras reorganizarse para intentar salvar su negocio. A diferencia de otros tipos de bancarrota, como el Capítulo 7, que implica la liquidación de los activos de la empresa, el Capítulo 11 da a las empresas la oportunidad de mantenerse operativas mientras trabajan en un plan para reestructurar sus deudas y mejorar su situación financiera.
Este proceso permite que la compañía negocie con sus acreedores, proveedores y empleados para modificar los términos de pago, refinanciar deudas y buscar nuevas estrategias para volver a ser rentable. La protección del Capítulo 11 suspende temporalmente el pago de deudas, evitando que los acreedores embarguen los activos de la empresa o presenten demandas mientras se elabora un plan de reestructuración.