Por Alan Campos
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Este martes por la noche llegará a su final la carrera de Cuauhtémoc Blanco luego de más de dos décadas como futbolista profesional, y ya sea que formemos parte de sus seguidores o detractores, todos debemos aceptar que con el originario de Tepito también se despide uno de los jugadores más marketeables del futbol mexicano (por no decir el más marketeable).

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Prácticamente desde su aparición en la escena futbolística nacional en 1992 el Cuau logró hacerse con el cariño de la afición gracias a sus grandes dotes para el futbol, así como su polémica personalidad, cualidades fundamentales para trascender al futbolista y convertirse en toda una marca a la espera de ser explotada.

Si bien a lo largo de su carrera Cuau fungió como embajador de marca para firmas tan importantes como Pepsi, Santander, Budweiser o RIA, entre muchas otras; quizás su mayor aporte al mundo del marketing se dio dentro de las canchas, tal y como pueden constatarlo todos y cada uno de los equipos donde jugó (América, Necaxa, Veracruz, Dorados, Santos, Puebla, etc),  no sólo desplazando cualquier cantidad de camisetas con su nombre, sino movilizando a la gente a los estadios para apoyarlo.

Pero este apoyo incondicional no se limitó a los diferentes equipos que tuvieron la fortuna de tenerlo entre sus filas (si no lo creen pregúntenle a cada uno de ellos), sino que le acompañó a la propia selección nacional, convirtiéndose en un verdadero activo para el tricolor durante el tiempo que vistió la playera verde.

Incluso es el propio carisma del Cuau el que hoy lo lleva a dejar las canchas para dedicarse a la política, campo al cual entra con una injusta ventaja sobres sus rivales en términos de marketing, pues más allá de que logre imponerse en las urnas, las elecciones del próximo 7 de julio serán por siempre recordadas como las elecciones en las que participó Cuauhtémoc Blanco.

Hoy se despide Cuauhtémoc Blanco y con su adiós queda disponible un espacio que hasta el momento ningún otro jugador ha podido llenar, ni Javier ‘Chicharito’ Hernández, ni Giovani dos Santos, ni Héctor Herrera, ni ningún otro jugador mexicano.

Adiós Cuau, el futbol, la afición y, especialmente, el marketing te van a extrañar.