Las marcas dejan a un lado la publicidad que alude a los orĆgenes para cautivar a los latinos.
Un mexicano de 38 aƱos se levanta a las cinco de la maƱana para llegar temprano a su trabajo, un restaurante de comida rĆ”pida en Los Ćngeles que empieza funciones a las 8:00 hrs. Para el mediodĆa, un salvadoreƱo acaba su turno en una cafeterĆa de Chicago y se dirige a su casa para descansar. Por la noche, un cubano se regodea en Miami, sirve mojitos y muestra una sonrisa de oreja a oreja para terminar su turno a las 3:00 a.m., justo a tiempo para encontrar el Ćŗltimo autobĆŗs rumbo a su casa. Estas personas forman parte de un grupo con un poder adquisitivo total, de acuerdo con Rohensein, de un billĆ³n de dĆ³lares: el mercado hispano.