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Si vives ya en la rutina de un trabajo absorbente, seguramente has olvidado lo que es la paz mental.
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La adicción al trabajo puede ser un problema más personal de lo que te imaginas.
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Tienes que ponerte límites, no aceptes toda la carga laboral que te pongan.
Es más fácil de lo que parece caer en las garras tóxicas de un trabajo rutinario. El dinero nos motiva, las necesidades nos presionan y no somos capaces de evitar caer en la gran máquina, nos convertimos en una pieza que gira y gira y no puede parar. Esto se convierte en algo tan necesario, que nos olvidamos de nosotros mismos y nos convertimos en algo que se ha llegado a llamar “workaholic”, expresión compuesta por las palabras en inglés “work”, “trabajo” y “alcoholic”, “alcohólico”. Así se le llama a las personas que sufren de adicción al trabajo. Viven para contestar llamadas y correos, son esclavos de las redes sociales, no pueden estar un momento sin su celular y cumplen con desesperación con todo lo que se les pide, incluso fuera de horas laborales. Tal pareciera que nunca dejaran de trabajar.
¿Conoces el término “burnout”? La primera vez que se utilizó fue en 1974, por Herbert Freudenberger, en su libro “Burnout: The High Cost of High Achievement”. Podríamos definirlo como el estrés laboral llevado al máximo, cuando esta condición se convierte en algo crónico, cuando el agotamiento se vuelve insostenible por una sobrecarga de trabajo, un ambiente laboral tóxico, problemas personales que se mezclan con los profesionales, etcétera. Esto, a la larga, puede derivar en diversos problemas psicológicos y patologías, como depresión y ansiedad. Es un problema serio puesto que los niveles de estrés en el mundo laboral son muchos, mientras que la salud mental no suele considerarse una prioridad para nadie. La adicción al trabajo es la fórmula perfecta para el “burnout”, así que ten cuidado.
No aceptes de más
Tienes que ponerte límites, no aceptes toda la carga laboral que te pongan. Existen responsabilidades con las que simplemente ya no puedes cargar y debes saber cuándo has llegado ese punto. Si no lo haces, es normal que te sigan sobrecargando.
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No te exijas tanto
La adicción al trabajo puede ser un problema más personal de lo que te imaginas. Aunque las circunstancias externas juegan un papel importante, tu propia personalidad también tiene mucho que ver. ¿Por qué te exiges tanto? Trata de no presionarte a ti mismo y descubre por qué lo haces.
Ponte un alto
Cuando sientas que la carga de trabajo se acumula y que la presión es demasiado grande, detente un momento. Respira, aléjate de la computadora por unos minutos y despeja tu mente. El “burnout” está a la vuelta de una nueva tarea que desata la presión al siguiente nivel.
Respeta tu horario
Por algo la ley demanda un límite de horas para trabajar. Sobrepasarlo puede ser peligroso para tu salud y tanto tú como tu empresa lo deben saber. No trabajes las horas que no te corresponden y trata de ser estricto contigo mismo en este sentido.
Aprende a meditar
Si vives ya en la rutina de un trabajo absorbente, seguramente has olvidado lo que es la paz mental. Tu cabeza está trabajando incluso cuando no estás sentado en tu escritorio. La meditación puede ser un buen hábito para aprender a relajarte y tener la mente más despejada y con menos ruido laboral.