- Toyota enfrenta su peor semana en décadas, con sus acciones cayendo un 4% debido a la retirada de un millón de vehículos por problemas de seguridad.
- Daihatsu agrava la situación al detener todas las ventas tras revelarse irregularidades en pruebas de seguridad.
- El impacto global genera preocupaciones sobre la reputación de Daihatsu y plantea dudas sobre la calidad de los vehículos.
La actual, es la peor semana de Toyota en décadas. Es que las acciones del fabricante de automóviles japonés lideraron las pérdidas en el índice de referencia japonés Nikkei 225, y todo parece indicar que seguirán perdiendo terreno en lo que queda del día.
En efecto, este jueves 21 de diciembre, el índice cerró con una caída del 4%, marcando una reacción negativa en los mercados después de que Toyota anunciara el retiro de aproximadamente un millón de vehículos debido a problemas de seguridad.
Esta decisión tuvo un impacto inmediato en la percepción de los inversionistas, generando preocupaciones sobre la reputación de la empresa en medio de los escándalos relacionados con su filial, la también nipona Daihatsu.
El retiro de vehículos anunciado por Toyota estuvo vinculado a problemas de seguridad en algunos modelos Lexus fabricados entre 2020 y 2022 en los Estados Unidos, dice la CNBC.
Sin embargo, la situación se complicó aún más cuando Daihatsu detuvo todas las ventas de sus vehículos tras una investigación que reveló irregularidades en las pruebas de seguridad, como reflejamos este miércoles en Merca2.0.
La investigación destacó casos en los que las unidades de control de bolsas de aire utilizadas en las pruebas eran diferentes de las vendidas al público, lo que generó más dudas sobre la utilidad de los procedimientos de certificación.
Impacto en las acciones globales
El impacto en los mercados es evidente, con el Nikkei 225 de Japón cayendo un 1.50% y el Topix un 0.9%, influenciados directamente por los problemas de seguridad que afectan a Toyota.
Esta situación también golpeó en otros mercados de Asia y el Pacífico, que experimentaron caídas después de la baja de Wall Street durante la noche del miércoles.
Daihatsu, propiedad de Toyota, enfrenta una crisis de marca después de que una investigación revelara irregularidades en las pruebas de seguridad de al menos 64 modelos, incluyendo 22 vendidos bajo la marca Toyota.
El escándalo, que inicialmente involucraba a 88,000 autos pequeños, llevó a la suspensión de todas las entregas de vehículos de Daihatsu tanto a nivel local como internacional.
La magnitud del fraude está generando preocupaciones a nivel global y plantea dudas sobre la calidad y seguridad de los vehículos producidos por Daihatsu.
Esta situación también está impactando la percepción de los consumidores, no solo hacia Daihatsu sino hacia la industria automotriz en su conjunto.
Daihatsu, Toyota y la crisis de marca
La decisión de Toyota de detener todas las ventas de vehículos refleja la gravedad del problema y la urgencia de abordar las irregularidades identificadas.
En un comunicado, Toyota subrayó la necesidad de una “reforma fundamental” en Daihatsu, que abarcará desde la revisión de la gestión y operaciones comerciales hasta la reestructuración de la organización.
La situación actual de Daihatsu recuerda al escándalo de Volkswagen en 2015, donde la manipulación de las pruebas de emisiones llevó a una pérdida masiva de confianza del consumidor y dañó irreparablemente la reputación de la marca.
Daihatsu se convirtió en una filial de Toyota en 1967 cuando la compañía adquirió una participación mayoritaria.
En 1999, Toyota aumentó su participación en Daihatsu, convirtiéndola en una subsidiaria al 100%. Esta asociación estratégica permitió a Toyota expandir su presencia en el segmento de automóviles pequeños y compactos, donde Daihatsu tenía una fuerte presencia.
La adquisición de Daihatsu por parte de Toyota también facilitó la entrada de la marca en mercados internacionales y fortaleció la posición de Toyota en segmentos clave del mercado automotriz.
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