Dentro del amplio espectro de personalidades que se pueden encontrar en las redes sociales y el mundo digital, se encuentra un grupo de individuos cuya característica distintiva es que se dedican a molestar, hablamos de los “trolls”, como seguramente ya sabrás, un troll es una persona que perturba, ataca, ofende o causa todo tipo de problemas en general, tal como lo describe Lifewire, ¿Sabías que existen hasta 10 tipos distintos?
Aunque su presencia puede llegar a ser irrelevante en la mayoría de los casos, es necesario tener cuidado con ellos pues se puede caer fácil en un juego que puede dañar la percepción y reputación de las marcas, especialmente porque el área donde principalmente sucede el “trolleo” es en las redes sociales, un lugar que fácilmente pone en la mira a todos, y elementos como estos son fundamentales para el negocio, de acuerdo con un estudio del Foro Económico Mundial, en promedio más del 25 por ciento de l valor del mercado de una compañía es directamente atribuible a su reputación.
Por ello, para evitar caer en el juego y dañar la percepción y reputación, te recomendamos 3 acciones que puedes seguir para lidiar con el problema:
1. Ignorar
No hacer caso a un troll resulta conveniente cuando se trata de comportamientos inofensivos que más que una amenaza representan una distracción o pérdida de tiempo. Algunas personas no tienen nada mejor que hacer más que “molestar” a las marcas, así que una vez que se identifica que no se trata de una queja como consumidor o que ni siquiera es consumidor de la marca, se puede proceder a ignorarlo.
2. Reportar
Llega un punto en que se cruza la línea entre una molestia menor y una situación más agresiva que puede considerarse como acoso, spam u otro comportamiento perjudicial que no solo va contra la marca o empresa sino que también llega a clientes, fans, prospectos e incluso empleados, en este tipo de situaciones es cuando el reportar se vuelve la opción más conveniente.
3. Bloquear
Finalmente, bloquear es siempre una acción disponible a emplear en los casos anteriores pero es preferente recurrir a ella cuando la molestia que causa un troll ya empieza a consumir más tiempo del necesario porque se vuelve más y más consistente o se empieza a tornar personal.