Chris Froome es un ciclista profesional británico que en 2019 chocó a mas de 54 kilómetros por hora contra un muro, sufriendo gravísimas lesiones. Afortunadamente, logró recuperarse para volver a competir profesionalmente a gran nivel. Egan Bernal es un ciclista profesional colombiano, que hace solamente unas semanas, chocó a más de 62 kilómetros por hora contra un autobus, poniendo en riesgo su vida y continuidad en el deporte.
Ambos ciclistas sufrieron dolorosísimos y lamentables accidentes a bordo de bicicletas contrarreloj. Froome, quién sufrió su accidente años antes que Bernal, pone la lupa en estas bicicletas.
El mercado de bicicletas está compuesto de distintos tipos; en el caso de estos dos ciclistas y las competencias en las que participan, son dos de ellas las utilizadas: ruta y contrarreloj. La de ruta la podrás distinguir por ser delgada en todos sus componentes, tanto en el cuadro (es decir, la estructura que la soporta) como en sus llantas, y por su manubrio que en los extremos se asemeja a los cuernos de un carnero, terminados hacia abajo y hacia atrás, quedando las manos muy cerca de las manillas de frenos; su diseño favorece la maniobrabilidad. La contrarreloj es delgada, aerodinámica y su manubrio tiene un par de tubos que apuntan hacia delante, que asemejan los cuernos de una cabra, sobre los cuales el ciclista apoya sus brazos, quedando sus manos lejos de los frenos; su diseño favorece la velocidad. Las de ruta las usan en las etapas largas, donde es necesario privilegiar la comodidad para lograr el máximo desempeño a lo largo de la prueba. Las contrarreloj se utilizan en etapas cortas, donde lo único que preocupa al ciclista es rodar a máxima velocidad.
Los grandes eventos mundiales hoy cuentan con extraordinarias medidas de seguridad, a pesar de las cuales, se siguen presentando accidentes e imprevistos, sin embargo, esas condiciones de seguridad difícilmente son replicables en los entrenamientos que realizan los ciclistas, sesiones en las que históricamente se han registrado graves accidentes, como el sufrido por Bernal.
Imagina pedalear a máxima velocidad montando una bicicleta contrarreloj, teniendo los frenos más lejos de lo normal, condicionando la capacidad de giro de tu bicicleta por la posición de tus brazos, con una postura aerodinámica que dificulta tu visibilidad por la orientación de tu rostro, sorteando el tránsito vehicular, esquivando peatones, atendiendo a las señales de tránsito y buscando a la vez, simular las condiciones de la competencia a las que te enfrentarás.
Froome se pronuncia por substituir las bicicletas contrarreloj por las de ruta, bajo la premisa de que las primeras representan un mayor riesgo, propuesta que podría ser útil. Sin embargo, la reflexión de fondo debe estar en las condiciones generales de seguridad en las que practican deporte los ciclistas de todas las categorías al convivir con peatones y automovilistas en un mismo espacio. Mientras no se determinen con claridad los espacios que cada uno debemos ocupar y la forma de hacerlo, el tipo de bicicleta que montemos, no será la gran diferencia.