Banska Stiavnica, una pequeña ciudad medieval de Eslovaquia será la sede el primer “banco del amor” para que los enamorados de todo el mundo dejen constancia de su romance.
Esta localidad ya fue protagonista del poema de amor más largo del mundo (2 mil 900 versos), el cual narra la historia (de desdicha) del poeta Andrej Sladkovic y de su musa Marina (obligada por sus padres a casarse con un rico).
El poema, publicado en 1846 y el más largo del mundo, según la Academia mundial de los récords (rival del Libro Guinness de los récords), cuenta una historia verídica.
Esta historia inspiró a una ONG local con el objetivo de rivalizar con París o Verona como el epicentro del amor. Para eso creó 100 mil compartimentos bajo la antigua casa de Marina que acogen los relatos de amor y recuerdos de las parejas.
Cuando las 100 mil cajas estén llenas de historias, esta casa se convertirá en el lugar con más concentración de amor del mundo”, predice Katarina Javorska, encargada de las relaciones públicas del Epicentro del amor.
La asociación instaló su sede en la antigua casa de Marina y, después de dos años de obras, inauguró en diciembre una exposición interactiva con una copia del manuscrito del poema de Sladkovic, una biblioteca y un “amorómetro” que supuestamente mide la fuerza de los sentimientos de la pareja.
Pero la principal atracción se encuentra debajo de la casa: “el Banco del Amor”. Un largo túnel convertido en caja fuerte con 100 mil compartimentos, donde los enamorados pueden “realizar depósitos” en algunos momentos del año.
La próxima fecha es, como era de esperarse, el día del Amor y la Amistad.
“Nuestros visitantes no salen de su asombro al ver cómo esta historia y este poema de lectura obligatoria en la escuela primaria se transformaron en una experiencia práctica”, dice Javorska.
Esta ciudad de 10 mil habitantes está inscrita en la lista del Patrimonio Mundial de la Unesco debido a su historia minera, que data de la Edad Media, y a su centro urbano del siglo XVI.
En la casa de Marina, la arquitectura antigua cohabita con un concepto de exposición moderna. El suelo del túnel del siglo XVI está formado por espejos que multiplican hasta el infinito las “cajas de amor” -pequeños cajones de madera- que empapelan las paredes.
En una sala del edificio, los personajes de los cuadros cobran vida para protagonizar escenas de la vida amorosa.
Y a los visitantes se les pide inscribirse en un “registro del amor”, un libro de 3 mil 200 páginas de 53 kilos de peso.
Algunos piensan que el proyecto es muy audaz y ambicioso. Pero si millones de personas están dispuestas a ir a Verona para ver el balcón de Romeo y Julieta, una pareja imaginaria, creo que muchos irán al Epicentro del Amor para revivir una verdadera historia de amor”.