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La compra de SABMiller fue un gran negocio para AB InBev en 2016, pero le generó una enorme deuda.
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Para seguir siendo confiable y amortizar una parte del pasivo, se ha ido desprendiendo de algunos negocios.
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Ahora, le vendió Carlton (Foster’s, Victoria Bitter) a la japonesa Asahi.
En 2016, Anheuser-Busch InBev, la mayor cervecera del mundo, cerró la adquisición de su rival SABMiller por algo más de US$ 100 mil millones. Se adueñó así de una de cada tres cervezas que se producen en el mundo, con una cuota de mercado en el mundo estimada en más de un cuarto.
La belga se convirtió en un gigante de más de US$ 245 mil millones que domina gran parte del mercado global de cerveza.
Sin embargo, para comprar SAB Miller, AB InBev tomó una millonaria deuda que debe pagar, y que se puede convirtir en un problema si no sabe administrar su tamaño.
La semana pasada, la compañía fracasó en su plan de lanzar una oferta pública inicial de sus negocios asiáticos después de que los inversores se opusieran a la valoración que AB InBev le dio a la unidad (entre US$ 54.200 y US$ 63.700).
Casi de inmediato, y para demostrar que está fuerte y que puede acotar la deuda cuando se lo proponga, Anheuser-Busch InBev acordó vender este viernes sus operaciones en Australia a la japonesa Asahi.
El acuerdo es por un valor de empresa de US$ 11.300 millones.
La venta de Carlton & United Breweries -CUB- (que incluye marcas como Foster’s y Victoria Bitter) le permitirá a AB InBev acortar parte se su deuda estimada en US$ 106 mil millones. El comunicado de Carlton.
La venta de CUB ayudará a AB InBev a acelerar su expansión hacia otros mercados de rápido crecimiento en la región Asia Pacífico y a nivel global, permitiendo también a la propietaria de marcas como Budweiser, Corona o Stella Artois “crear valor adicional para los accionistas optimizando su negocio a un precio atractivo y desapalancando su balance”, dijo la empresa. según El País.
Expansión
También se trata de la mayor adquisición de Asahi fuera de Japón y la tercera compra de marcas de AB InBev. En distintas operaciones, la nipona ya ha erogado poco más de US$ 10.000 millones en marcas como Pilsner Urquell, Peroni y Grolsch.
La venta incluye el derecho a vender en Australia las marcas globales de AB InBev, como Budweiser o Corona.
Las acciones de AB InBev subieron más de un 5 por ciento en las operaciones de este viernes en Europa, mientras que Asahi cerró 1,5 por ciento arriba en Tokio, pero fue antes del anuncio.
Asahi ya había participado de otros grandes negocios mundiales. En 2017 le adquirió al grupo SAB Miller la marca de cerveza checa Pilsner Urquell y otras cinco centroeuropeas en una operación superior a los US$ 8.000 millones.
El acuerdo fue parte de las condiciones que la Unión Europea puso permitir la fusión de los gigantes AB InBev y SABMiller.