Las medidas contra el coronavirus son claras en todo el mundo. Las autoridades sanitarias han emitido la recomendación y, en algunos casos, la exigencia de permanecer el mayor tiempo posible en casa para evitar los contagios. Sin embargo, los millennials parecen no entender la urgencia del asunto.
La rápida extensión del virus se puede leer en números contundentes. Datos oficiales indican que en el mundo existen 462 mil 467 casos confirmados, con 21 mil 066 defunciones y cerca de 113 mil 415.
Esto sucede aun cuando algunos países como México no han llegado a su punto máximo de registro de pacientes identificados. Tal como lo reportan las autoridades, en el caso del territorio nacional, esta métrica se alcanzará cercano el mes de agosto.
Por paralizada que se vea la economía, los especialistas aseguran que una de las maneras más efectivas para parar la tasa de contagio es aislamiento social, concepto que no se refiere a otra coas más que quedarse en casa y salir sólo para cuestiones sumamente necesarias.
De esta manera se descartan todo tipo de reuniones o salidas sociales, así como reuniones y recorridos de esparcimiento.
Los millennials no entienden
Aún cuando muchas calles en diversas del mundo lucen vacías, un reciente estudio indica que los millennials parecen no entender la gravedad del asunto y han decidido mantener sus actividades de diversión a pasar de la pandemia.
Así lo revela un reciente estudio firmado por Forbes, el cual indica que el 35 por ciento de los estadounidenses de entre 18 y 29 años creía que la crisis y medidas ante la pandemia del Covid-19 ha sido exagerada, al tiempo que menos del 50 por ciento de los mismos piensa que es una verdadera amenaza para la salud.
A esto se suma que aunque el 43 por ciento de las personas comprendidas en este grupo de edad aseguran haber reducido sus citas ante la contingencia, el 38 por ciento aseguró que mantiene sus hábitos de entretenimiento y salidas anteriores a la pandemia, mientras que un 12 por ciento lo hace más que antes.
El salud y la economía
Aunque los números se aplican para el mercado norteamericano, la realidad es que se trata de un fenómeno que fácilmente se puede replicar en otros países.
Esto es un problema que, además de tener implicaciones importantes en las condiciones de salud pública, podrían representar un duro golpe a la economía.
Si bien a corto plazo se hablaría de la no paralización económica, al mediano y largo plazo se traduciría en un gasto en salud importante que perreara en la economía global.
Sólo para darnos una idea, de acuerdo con cifras publicadas por el Banco Mundial, cada año el mundo pierde alrededor de 570 mil millones de dólares en tratar pandemias entre moderadas y severas. Enfermedades como el SARS (que está íntimamente relacionada al coronavirus) costaron, según el Foro Económico Mundial (WEF), 50 mil millones de dólares a todo el mundo, con 8 mil infecciones y 800 muertes.
En el caso de México, la crisis vivida durante 2009 y 2010 por la crisis de la influencia AH1N1 puede dar una referencia.
Con un saldo para febrero de 2010 de mil 032 muertos y 72 mil 233 casos confirmados de AH1N1 en México, de acuerdo con la Secretaría de Salud, esta crisis costó a la economía cerca de 57 mil millones de pesos, lo que representó el 0.7 por ciento del Producto Interno Bruto del país en aquel momento, según las estimaciones de la Secretaría de Hacienda y Crédito Público.