Nadie sabe situar exactamente en donde o cuando se rompen la fronteras culturales, pero a todo mundo le queda claro cuando sucede, sobre todo cuando una rubia casi perfecta, oriunda de Australia, conmociona a la escena del hip hop afroamericano de los EUA. Se trata de Iggy Azalea, quien se ha convertido en un fenómeno en YouTube.
Notas relacionadas:
Brushy One String: la creatividad sin límites
Un hito entre los multitalentos: Chris Brown
Experimento folclorista de Arizona Baby
Para darse una idea del impacto que ha propiciado, sólo basta mencionar que su canal en VEVO, acumula casi 94 millones de visualizaciones y cuenta con más de 435 mil seguidores, y su más reciente video, Fancy, que fue lanzado a principios de marzo pasado, cuenta ya con casi 16.6 millones de reproducciones.
Y es que sin duda Iggy Azalea de entrada en contrastante, hipnótica, desconcertante, sensual a morir, elegante y corriente a la vez, inmersa en ritmos profundos, notas oscuras, letras explícitas. Vaya, para una rubia australiana uno pensaría que su naturalidad estaría en algo más ligado a la comodidad del dance o al house por más ácido que se quisiera, no en una propuesta, que entre tonos pasteles, se compenetrara tan orgánicamente a la sordidez de los barrios en donde el hip hop se crea entre violencia física y verbal, drogas, armas y excesos.
Y al interior de ese entorno de ruptura, viene Iggy con un discurso que critica a una sociedad contemporánea proclive a crear peligrosas puertas falsas para la juventud.