Los jóvenes no tienen registro de ello, pero todavía hasta los años 80 había casetas telefónicas en la calle que incluso formaban filas para su uso, sobre todo en las zonas comerciales y empresariales. Hoy gracias a las comunicaciones móviles, la mayoría de estas casetas languidecen en el abandono, no obstante, en Hungría se le ha dado un interesante giro a su utilización.
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Este replanteamiento, lo que ha hecho es retomar las casetas telefónicas situadas en los lugares concurridos del país y les ha rehabilitado para su uso, pero con giro en el call-to-action que consiste en motivar a las personas a su uso, ya que cada moneda que inserten en el aparato telefónico se destinará a distintas obras de caridad.
Es verdad que en América Latina, el uso de las casetas telefónicas todavía brindan cierto porque la cobertura de los servicios de movilidad aún no llegan al 100 por ciento y por cuestiones también de oportunidad, por ejemplo, un prepago agotado o un olvido inoportuno del dispositivo, pero es una realidad que van en desuso acelerado y este clase de enfoque puede generar importantes beneficios.
Esta campaña emprendida por Telekom en Hungría con el apoyo de la agencia Kirowski i Isobar, usa el eslogan Llama a quien sea, ayuda a alguien y cada moneda que cae, como se mencionó se usa para la caridad y va directamente a una organización no gubernamental que es la Federación Húngara de Ciegos y Deficientes Visuales.