Ponerle chips a grandes especies animales para conocer de su comportamiento es un práctica muy común desde hace décadas, pero hacerlo en insectos es algo que sólo podría ser posible con la tecnología actual, como lo hace un grupo de científicos australianos con la mosca de la fruta.
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Propiciado por la devastación que provoca este insecto en la agricultura de Australia, ha llevado a un grupo de investigadores de esa nación a colocar pequeños sensores RFID a las espaldas de las moscas de la fruta para estudiar su comportamiento con la esperanza de salvar los cultivos de la región de Queensland .
Este esfuerzo pretende plantear una solución para el manejo de plagas, la cual tiene un costo estimado de dólares australianos de $26 millones por año, de modo que se espera de encontrar una manera de vencer a las moscas.
El instituto a cargo de este esfuerzo es la Commonwealth Scientific and Industrial Research Organisation (CSIRO) que trata de grabar cuando los enjambres de moscas de la fruta pasen por determinados puntos de control y esta información puede utilizarse para averiguar el comportamiento del enjambre .
Estos datos por sí mismos no son particularmente útiles, pero el CSIRO tiene otro as en la manga, que es la tecnología de los insectos estériles, que con la liberación de machos estériles en la población se ha demostrado que resulta eficaz para controlar, suprimir o incluso erradicar completamente las poblaciones de moscas de la fruta. Los machos estériles se aparean con las hembras , pero no se produce descendencia, lo que reduce en gran medida el número de huevos puestos en los cultivos de frutas y hortalizas.
La información también ayudará a determinar los mejores lugares para poner trampas y cebos, así como ayudar a los agricultores en las zonas libres de plagas actuales a planificar estrategias en contra de los posibles brotes.