México, DF.- Al ser la vía pública un lugar de concurrencia masiva, se presenta como una gran opción para la colocación de anuncios o vallas publicitarias, ya que la posibilidad de llegar a los consumidores es muy alta.
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No obstante, además de cumplir con los requerimientos legales para su colocación, la publicidad exterior también debe tener ciertas características para que resulte en un mensaje entendible para el consumidor y se genere un efecto positivo.
ISA Corporativo, una de las empresas con más reconocimiento en México comparte estos 4 puntos que son errores que pueden matar la efectividad de la publicidad exterior.
1.- Saturación. Con un mayor número de elementos el mensaje central se ensucia yes confuso. Hay quienes en un solo anuncio tratan de comunicar la empresa, la marca, las promociones, los precios, dar ubicaciones, un mapa, un mensaje adicional para que quede “más claro”, teléfonos, cuentas de correo, redes sociales y esto, sin duda, le resta impacto al mensaje central. Siempre hay que recordar que “menos es más”.
2. Demasiado texto. Hay que tomar en cuenta que el promedio recomendado de lectura es de 7 palabras en 5 segundos; sin embargo, hay quienes tratan de utilizar textos que no son concisos, incluso con más de 20 palabras. En este caso la audiencia sólo recordará lo primero que lea. A más palabras menos impacto y atención.
3.- Tipografía no adecuada. Todos hemos visto anuncios publicitarios donde resulta imposible leer lo que está escrito, ya que la tipografía no tiene el tamaño necesario. No todo el público tiene una vista de águila y mucho menos la necesidad y posibilidad de acercarse para leer y entender lo que el anunciante trata de comunicar. La consistencia y tamaño adecuado es parte de la clave del éxito.
4.- Sin análisis. Por otra parte, hay quienes no toman en cuenta que tal vez su marca no tenga un reconocimiento adecuado, que el producto no sea claro o que el mensaje no transmita lo que debe comunicar. Jamás hay que dar por hecho que todos conocen la marca, que la audiencia tiene la responsabilidad de saber quién es la empresa y que, sobre todo, tienen la capacidad de descifrar un mensaje que no sea claro.